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"Una Bolsa en manos de máquinas y maquinadores perversos; de matemáticas y falsos matemáticos..."

por La Carta de la Bolsa Hace 8 años
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"Los mercados financieros han llegado a depender demasiado de matemáticos que usan modelos para prever los cambios de precios y deberían insertar el “sentido común” en la ecuación (Paul Wilmott, autor británico e instructor en materia de finanzas cuantitativas, a Bloomberg). Wilmott ha advertido hace tiempo de que los llamados “quants” que usan las matemáticas para pronosticar cómo los mercados se comportarán pueden pasar por alto errores en los modelos, lo que conduce a hacer predicciones equivocadas. En una columna en el New York Times, Wilmott también dijo, hace más de un año, que la llamada contratación de alta frecuencia, en que los fondos de cobertura de riesgo y otras firmas usan computadoras avanzadas para comprar y vender miles de acciones por segundo, amenaza desestabilizar el mercado. Hay demasiada matemática en este negocio”, dijo Wilmott. Y añado algo más: las Bolsas globales, unas más que otras, están en manos de máquinas y maquinadores; de matemáticas y falsos matemáticos..."

"¿La penúltima secuencia? El comportamiento brutal de los mercados en el tercer trimestre de este 2015, que finalizó el miércoles, con los peores registros de los principales índices en muchos años. Sí, muchos años de esfuerzo y de aumentos de rentas perdidos en tres meses. Todo ello, con volúmenes de negocio bajo mínimos y con incrementos importantes de una volatilidad, que llevaba dormida desde 2008..."

"La perversión de un mercado, con reglas de Casino y jugadores de alto riesgo, la encontramos, también, en los dos últimos días de septiembre. La violencia a la hora de cerrar posiciones cortas ha sido directamente proporcional al encono con que se produjeron las ventas a crédito y los correspondientes préstamos de valores..."

"Y esto nos conduce, de manera irreversible, al abandono de asientos y sillones de los inversores finales. No es la primera vez, ni será la última, que esto sucede. Ya hemos visto muchos episodios de esta índole en los últimos veinte años. Sólo una posición constante del dinero del inversor final, institucional o privado, puede acaban con estas componendas..."

"Sucede, empero, que en la Bolsa actual el más tonto hace relojes de madera. Sucede que todos los bancos cuentan con departamentos especializados en contratación de alta frecuencia. También hay inversores privados que han comprado ordenadores ad hoc, que hacen sus pinitos y que pierden la camisa, los pantalones y mucho más en esta misteriosa tarea..."

"Hace tiempo que la Bolsa actual es un tejemaneje de unos cuantos y de otras tantas máquinas enchufadas al Sistema, porque el inversor final no ha existido, atrapado como está, por las garras de la Crisis. El inversor final, que dispone de liquidez, aún tiene miedo. Otros inversores finales están atrapados a precios sensiblemente más elevados que los actuales y no tienen capacidad de reacción: sólo le queda rezar o dejar las acciones de herencia a sus nietos..."

"Por último, el inversor final metódico y riguroso, el inversor final de siempre, no entiende la forma de actuar de los mercados en la actualidad y como no entiende ni sabe, prefiere permanecer al margen. Una Bolsa, en manos de unas cuantas máquinas manejadas por licenciados, que no han cumplido aún los 30 años. Máquinas que hacen trading minuto a minuto, segundo a segundo. Lo hemos visto en los dos últimos días de septiembre de nuevo cuando los índices pasaron del infierno al cielo en un par de horas. Y todo según interpretaban las máquinas los nuevos mensajes, renovadas especulaciones, sobre un aumento de la QE del Banco Central Europeo..."

(De la conversación mantenida con uno de mis gurús favoritos)


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