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Nunca digas que lo has visto todo en un mercado dinámico, vivo y escurridizo como la Bolsa

por La Carta de la Bolsa Hace 9 años
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"En los casi cuarenta años que llevo en el mercado he visto de casi todo. Nunca digas que lo has visto todo en un mercado dinámico, vivo y escurridizo como la Bolsa. Cuando comencé a trabajar en este campo, los más viejos bolsistas recomendaban elegir buenos valores y sentarse en ellos. Muchos, además, aconsejaban no vender nunca. Sólo contemplaban comprar y comprar. Aquí surgieron mis primeras dudas ¿qué valor es bueno y qué valor es malo? He visto grandes corporaciones, catalogadas con triples A y como valores muy seguros, hundirse como el Titanic en una mañana. Más dudas ¿sentarse en un valor o valores? Mejor, aprovechar los ciclos y las tendencias, porque se puede sacar más provecho a las inversiones. Sé que cuarenta años en Bolsa apenas es algo en el gráfico largo del mercado. A mí me han servido, no obstante, para clarificar ideas y para asegurar que la Bolsa, como otros fenómenos de la vida, es un mercado sujeto a los ciclos. Siempre hay ciclos: cambian las condiciones, pero los ciclos se mantienen y esto hay que asumirlo. He escuchado en este periodo, también, que la paciencia es buena aliada de la inversión en Bolsa, como en otros asuntos. Paciencia como la del Santo Job. Dicen que es gratificante, pero no lo tengo. Claro ¿Y esto a cuente de qué? Se ha cumplido cinco años de la mayor debacle bursátil de la historia reciente", me dice uno de los viejos lobos de mar de la Bolsa española, que me envía el siguiente enlace:

En marzo se cumplieron cinco años de los mínimos bursátiles de la última crisis financiera, cuando las bolsas hicieron suelo en 2009. Como hacen notar los expertos de Legg Mason Global AM en el que destacan como gráfico de la semana, “los inversores con estómago que se mantuvieron en el día a día del mercado han sido largamente recompensados por su fortaleza”. Sobre todo teniendo en cuenta que en este periodo las bolsas han sido mucho más volátiles que la renta fija: la desviación histórica estándar a 30 días del S&P 500 fue del 17,06%, frente al 3,5% del principal índice de deuda de alto rendimiento, el Barclays US Corporate High Yield Bond.

Las rentabilidades generadas por estas clases de activo percibidas de más riesgo han sido impresionantes tanto en el caso del S&P 500 como del indicador de deuda high yield. Desde el 9 de marzo de 2009 -fecha en la que el mercado tocó mínimos- hasta el 5 de marzo de 2014, el índice S&P 500 ha acumulado una rentabilidad anualizada del 25,4%. Para el inversor que hubiera comprado el índice en los máximos de octubre de 2007, también hay buenas noticias, ya que la rentabilidad anualizada del índice ha sido del 5,15%.

Por su parte, el índice Barclays US Corporate High Yield Bond ha generado un retorno anualizado del 20% entre el 9 de marzo de 2009 y el 5 de marzo de 2014. No obstante, Legg Mason cree que existe un factor aún más notable: la rentabilidad media anual de este índice desde el anterior máximo bursátil, un +9,3%, ha sido la más alta de los cuatro índices que figuran en el gráfico (ver gráfico en la parte inferior). La gestora observa también que “aunque los rendimientos de los bonos con calificación de grado de inversión han sido más bajos, no han dejado de ser positivos" y concluye que "en la historia de la inversión la paciencia puede ser una gran virtud en tiempos de adversidad".

“Es difícil arrojar conclusiones sobre un periodo tan excepcional de la historia de la inversión, excepto que la paciencia puede ser una virtud al encarar la adversidad”, reflexionan desde la firma americana. Los expertos avanzan que, de continuar el proceso de normalización de la economía global, se podrán ver periodos de volatilidad a medida que el mercado va reaccionando a los distintos datos de inflación, inversión corporativa, empleo, PIB… “por lo que una dosis de paciencia también podría ser gratificante”, añaden.

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