image

“Las personas que no pueden dominar sus emociones no están preparadas para beneficiarse del proceso de inversión”.-Ben Graham

por La Carta de la Bolsa Hace 1 año
Valoración: image0.00
Tu Valoración:
* * * * *

La Bolsa es un gran mercado en el que confluyen miles de sentimientos y pareceres, generalmente enfrentados. Por eso, unos compran y otros venden, es decir, hacen posible las transacciones. Mientras los sabios debaten el fenómeno, los operadores avezados insisten en que la psicología ofrece las mejores herramientas para invertir en Bolsa, porque permite investigar la mente humana, casi sentir las emociones y creencias de los actores. Esa es la clave, adivinar la próxima jugada. Y lo más importante, no es oro, todo lo que reluce ni todo es ansia por ganar dinero. Los inversores siguen echando en falta el calor del contacto humano...", me dice un viejo amigo, retirado desde hace algunos años de este terreno de juego, que me envía el siguiente apunte.

"Algunas ideas de Fidelity publicadas hace tiempo, pero de máxima actualidad: En momentos como este, conviene identificar los sesgos conductuales y ceñirse a un conjunto de principios fundamentales de la inversión. La respuesta más obvia ante este tipo de situaciones es el miedo, que es connatural al comportamiento humano y se ha desarrollado como forma de responder rápidamente ante el peligro. Sin embargo, el miedo no destaca precisamente por su capacidad para preservar las inversiones. Estas emociones son el producto de los sesgos cognitivos. Se produce un tipo de sesgo cuando los inversores se centran en las últimas noticias para tomar decisiones (sesgo de la experiencia reciente), en lugar de estudiar ejemplos históricos y adoptar una perspectiva a largo plazo. Como dijo Warren Buffett: “Lo que aprendemos de la Historia es que las personas no aprenden de la Historia. Cuando los inversores se vuelven demasiado temerosos o demasiado ambiciosos, a veces se esconden detrás de la idea de que 'esta vez es diferente'. Generalmente terminan lamentándolo”.

El comportamiento gregario también es un sesgo muy enraizado que lleva a las personas a imitar los actos de un grupo más grande, confiando en la “sabiduría” de la masa, aun cuando esta actúa irracionalmente. Las señales de subida o bajada en los mercados impulsan a otros a actuar y seguir la tendencia, pero esto puede tener un efecto adverso cuando los mercados sufren volatilidad. Al vender en un mercado a la baja, por ejemplo, cuando los mercados de China continental reabrieron después de las festividades de Año Nuevo, un inversor podría perderse una recuperación posterior. Del mismo modo, seguir a un rebaño en plena efervescencia hacia una burbuja puede provocar pérdidas a largo plazo.

Por último, los estudios han demostrado que los inversores son más sensibles a las pérdidas que a las ganancias, lo que genera comportamientos tendentes a evitar las pérdidas, en lugar de aprovechar al máximo las rentabilidades de la inversión. Lo anterior se agudiza especialmente cuando los precios de los activos caen....

***

Y hoy, como ayer, como mañana: Enciendes Bloomberg o CNBC y todo lo que escuchas es: "Incertidumbre, incertidumbre, incertidumbre ..." El objetivo de un inversor astuto es comprar en un momento en que otros están en pánico, y eso es exactamente cuando la incertidumbre está en su punto más alto. Incertidumbre ≠ riesgo Incertidumbre = oportunidad. Además, precisamente durante el apogeo de la incertidumbre es un momento muy prudente para comprar empresas con ventajas competitivas duraderas, una gestión sólida y ecosistemas en expansión, sin (o con poca) deuda que están aumentando los ingresos y el FCF rápidamente. Gran incertidumbre, pero bajo riesgo, señala Tiho Brkan@TihoBrkan

Lacartadelabolsa


Compartir en Facebook Compartir en Tweeter Compartir en Meneame Compartir en Google+