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“Esta vez es diferente” son las cuatro palabras que más dinero han costado en la bolsa

por Carlos Montero Hace 3 años
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En el artículo de ayer publicábamos las reflexiones del analista Ben Carlson sobre por qué es tan difícil cumplir el axioma bursátil de "comprar barato, vender caro", dicho en otras palabras, por qué es tan complicado anticipar los ciclos de mercados, que nos llevan desde la sobrevaloración a la infravaloración, y desde esta a la sobrevaloración de nuevo, en un ciclo sin fin. Carlson señala que hay preguntas que los inversores deben realizarse antes de encarar los mercados, y qué en parte, explican las dificultades de lo expuesto anteriormente. Ayer comentábamos algunas de estas preguntas: ¿Estoy siendo disciplinado o terco a la hora de encarar los mercados? ¿Y si el mundo cambia para siempre? ¿Qué pasa si las cosas que funcionaron en el pasado no funcionan en el mundo de hoy? ¿Qué pasa si hay una delgada línea entre la disciplina y el engaño al invertir?

Hoy responderemos a otra serie de preguntas vitales para todo inversor. Veamos:

¿Estoy siendo tonto o me estoy adelantando a la curva? La historia está llena de burbujas provocadas por la innovación tecnológica. 

Hubo una burbuja ferroviaria en el siglo XIX. Se crearon cientos de nuevas empresas de automóviles cuando el automóvil apareció por primera vez en escena, pero solo un puñado de fabricantes sobrevivió. Los locos años 20 que llevaron a la Gran Depresión estuvieron plagados de nuevas y emocionantes tecnologías. La burbuja de las puntocom de finales de la década de 1990 pasará a la historia como una de las mayores burbujas de todos los tiempos. 

Las personas que apostaron por estas tecnologías antes de tiempo ganaron montones de dinero (suponiendo que tuvieran los medios para sacar el de dinero de la mesa en algún momento). Los que llegaron tarde a la fiesta perdieron hasta la camisa. 

El problema es que es casi imposible decir en este momento la diferencia entre un verdadero cambio de paradigma y una situación en la que la gente simplemente busca enriquecerse rápidamente porque los precios están subiendo. 

¿Cómo de útil es la historia del mercado? Invertir implica una combinación de estudio del pasado, comprensión del presente y establecimiento de expectativas sobre el futuro. Pero el pasado a menudo puede actuar como una muleta si asume que la historia siempre se repetirá. 

El historial del mercado es una guía mucho mejor cuando se trata de predecir el riesgo que la rentabilidad. 

El pasado puede ayudar a proporcionar contexto y perspectiva, pero nunca una hoja de ruta. Realmente solo tenemos unos 100 años de datos de mercado con los que trabajar. Por mucho que nos gustaría creer que lo hemos visto todo, 2020 es un buen recordatorio de que las cosas que nunca suceden tienden a suceder con más frecuencia de lo que cree. 

¿Y si realmente es diferente esta vez? En 1993, John Templeton dijo: "El inversor que dice: 'Esta vez es diferente', cuando en realidad es prácticamente una repetición de una situación anterior, ha pronunciado una de las cuatro palabras más costosas en los anales de la inversión". 

Mi oposición a este argumento es que es diferente cada  vez. 

Los mercados y los inversores incorporan el conocimiento que tenemos sobre el pasado. Los recuerdos ayudan a dar forma a la forma en que vemos los mercados. 

La gente pensó que tenía una oportunidad de compra generacional en 1930 después de que el mercado de valores cayera un 50% desde sus máximos. Continuaría cayendo un 70% adicional desde esos niveles antes de tocar fondo. 

Para cuando el Dow recuperó sus máximos de 1929 a mediados de la década de 1950, las personas que habían sido testigos de la Gran Depresión asumieron que otro pico era inminente. En cambio, el mercado se duplicaría durante la próxima década. 

Hay innumerables ejemplos en los que las personas creían que habían "visto esta película antes y saben cómo termina", pero en cambio fueron recibidos con un toque de estilo M. Night Shyamalan que nunca esperaron. 

¿Tengo suficiente? Esta pregunta es difícil porque tener suficiente para hoy no dice nada sobre tener suficiente para el futuro. 

La planificación financiera es un proceso más que un evento porque los resultados están determinados por la secuencia de retornos, los niveles de gasto, el desempeño del mercado, el crecimiento económico, los costos de atención médica, las tasas impositivas y las inevitables curvas que la vida le presenta de manera regular. 

No hay respuestas fáciles, pero el único consejo sólido cuando se trata de una incertidumbre irreducible sobre el futuro es centrarse en lo que puede controlar. 

 

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