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VIX, un cazador de techos y suelos intermedios del S&P 500

por Bolsa y Ciclos Hace 10 años
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Celebérrimo y desconocido a un tiempo, el índice de volatilidad o VIX (Chicago Board Options Exchange Market Volatility) constituye un instrumento que emplean numerosos especuladores para cubrir sus posiciones cuando se malician que el mercado puede anotarse un retroceso. Este índice se calcula a partir de la volatilidad implícita de las opciones del índice S&P 500 sobre un periodo de 30 días.

En esencia, el VIX sube cuando se incrementa el miedo y baja cuando éste se reduce. Por tanto, funciona como un termómetro que mide el febril miedo de los especuladores a una caída de los mercados. Persistentes valores bajos del VIX nos informan de un mercado cachazudo y complaciente, uno de esos mercados donde las tendencias alcistas se dan por infinitas. En cambio, los valores altos registrados por este índice nos refieren la existencia de pánico cuando se producen caídas profundas pero de corta duración o cuando se instala una tendencia bajista en el mercado.

Hechas las presentaciones, debo reconocer que las interpretaciones acostumbradas del VIX incorporan a su elenco, necesariamente, errores flagrantes. Pertenece ya al anecdotario bufo del análisis técnico la idea de que las divergencias existentes entre el VIX y el S&P 500 anticipan los giros del segundo. Aunque esto es cierto en ocasiones, uncirse de forma automática al carro de este criterio conllevaría numerosas señales falsas.

De hecho, cuando el S&P 500 se encarama a una tendencia alcista, el VIX puede mantenerse largas temporadas dejándose arrullar por esa tendencia, marcando durante muchos días consecutivos valores muy bajos antes de dispararse finalmente al alza. Además, en numerosas ocasiones los techos y suelos importantes del S&P 500 no son acompañados de ninguna divergencia del VIX.

El siguiente gráfico muestra la reciente la evolución del S&P 500 y el VIX. Si bien es cierto que alguna de las divergencias que afloraron funcionó, no lo es menos que en conjunto habría resultado en balde la búsqueda de divergencias, una auténtica pérdida de tiempo.

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Eso no significa que el VIX carezca de valor. Antes bien, existe un patrón desconocido de este índice que nos permite determinar con precisión los techos y suelos de medio plazo en el S&P 500. Quienes sigan mis análisis del S&P 500 desde hace tiempo conocen de sobra esta señal, que se manifiesta en o cerca de los suelos relativamente importantes del mercado. Este aviso de giro del VIX, poco frecuente (sólo aparece entre una y tres veces al año), es un patrón según el cual en un período de entre 1 y 20 días se formará un suelo de cierto calado.

Una vez generada la señal, deben cumplirse determinados requisitos técnicos. En ocasiones, esos requisitos acontecen de manera instantánea, permitiendo que el S&P 500 forme un suelo relevante enseguida. Sin embargo, la mayoría de las veces en que se manifiesta esta señal se ven precios menores del S&P 500 en días posteriores, hasta que definitivamente esos requisitos emergen.

Este patrón del VIX sirve asimismo para avisarnos de la cercana formación de un techo relevante. No obstante, debo reconocer que las señales anticipatorias de techos aparecen con bastante menos frecuencia que las de suelos.

Desplacémonos ahora al pasado para ver algunos ejemplos que ilustren la eficacia de esta señal. El siguiente gráfico del S&P 500 abarca el período comprendido entre febrero de 2001 y octubre de 2001. Tras formar un suelo relevante en marzo, el índice norteamericano emprendió una espectacular subida de casi el 22% hasta formar techo en mayo. En verdad, el 21 de mayo se activó la señal de giro del VIX, de manera que los especuladores de medio plazo recibieron un aviso de que un techo de fuste estaba a punto de formarse. De hecho, al observar el gráfico resulta evidente que ese techo se constituyó sólo un día después de la señal. Un techo, por cierto, tras el cual el S&P 500 se despeñó gozoso. Tanto es así que desde el máximo marcado en 1.315,93, el S&P 500 procedió a embaularse una caída de 371 puntos (28,2%) hasta el mínimo formado el 21 de septiembre.

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Avancemos ahora hasta el año 2008. El día 15 de mayo de ese año se generó una señal de giro del VIX, que alertaba asimismo de que un techo notable estaba a punto de constituirse. El gráfico que muestro a continuación revela que el techo se formó sólo dos días después de la señal, y que lo que vino a continuación fue una caída de órdago, cercana al 17%, hasta el mínimo marcado en julio.

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Si avanzamos algo más en el tiempo, una señal del VIX que avisaba de un suelo se desencadenó el 16 de marzo de 2011, justo el día en que se formó un suelo relevante tras el que vino un rebote del 10% hasta principios de mayo.

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La última ocasión en que ha hecho acto de presencia esta señal fue el 8 de octubre de este año, y sólo un día después se formó un suelo de calado. Anteriormente, esta señal se reveló en los suelos formados el 24 de junio y el 28 de agosto. En estos dos casos, una vez generada la señal, hubo que esperar unos cuantos días a que se cumpliesen los requisitos técnicos de los que hablaba antes. Sea como fuere, mirando el siguiente gráfico, salta a la vista el excelente resultado de estas tres últimas señales. Por cierto, tres señales que refirí en los informes que publico diariamente sobre el S&P 500.

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En resumidas cuentas, desde la creación del VIX en 1993 casi todos los suelos de medio plazo (que se corresponderían con el ciclo de 40 semanas) y unos cuantos techos del mismo tenor han venido acompañados de esta señal de giro del VIX. Por tanto, disponer de esta herramienta en nuestro arsenal técnico resulta muy valioso.

Permanezcan atentos.


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