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"No pierdan la fe: si no hay efecto enero habrá efecto febrero. O marzo, o abril. Pero lo habrá..."

por La Carta de la Bolsa Hace 8 años
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"Entre las muchas plegarias, ritos y mitos de las Bolsas, hay uno referido al efecto enero. Elijo, en esta ocasión una referencia, que considero está muy bien conseguida. Es de María Déjà vu en esBolsa: el “efecto enero” o “efecto de cambio de año” es un patrón estacional que consiste en que durante el mes de enero se producen rentabilidades anormalmente elevadas respecto a las del resto del año. Este patrón estacional afecta principalmente a las empresas más pequeñas por ser más volátiles, pero también puede extenderse a todo el mercado de valores. La premisa del efecto enero marca que el comportamiento que tenga la Bolsa durante el mes de enero será el patrón que siga durante todo el año. Un mes de enero alcista resultará un año alcista y un mes de enero bajista pasará su factura en ese año. Curiosamente, el 2008 fue un claro ejemplo de una buena alerta para quienes sigan este patrón. A pesar de cinco años de alzas en Bolsa, y del optimismo que imperaba por aquel entonces, el mes de enero de 2008 fue el peor en toda la historia, perdiendo más de 2.000 puntos, lo que según el efecto enero significaba que nos esperaba un fuerte año bajista, como finalmente así sucedió. Pero veamos si realmente esto se confirma estadísticamente. Tras realizar un estudio que nos dice cuántas veces ha coincidido el sesgo del mes de enero con el del resto del año en el S&P 500 podemos ver lo siguiente:

El color verde corresponde a los rendimientos alcistas y el color rojo a los rendimientos bajistas. De los 66 años coinciden 50, es decir, en un 75,75% los meses de enero han llevado el mismo patrón que el resto del año. Estos resultados indican que en 40 ocasiones, el mes de enero ha resultado con balance positivo, de las cuales en 36 ocasiones el año ha sido positivo. Es decir, en un 90% de las veces que enero ha resultado positivo, el año ha terminado con alzas para el S&P 500. Como podéis comprobar, sí que hay cierta correlación entre lo que sucede en enero y el resto del año.

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¿Cuáles son las causas del efecto enero? Como en todos los patrones existen diferentes “hipótesis” sobre sus causas. Una de ellas es que durante el mes de diciembre los inversores profesionales arriesgan menos en sus inversiones para poder presentar un informe anual favorable a sus intereses profesionales. Es lo que se conoce como “maquillaje de carteras”. Para ello pueden utilizar distintas estrategias de maquillaje, siendo la más utilizada la denominada mark-up, que consiste en vender al final del año aquellos activos “menos populares” para que no aparezcan como componentes de la cartera al publicar el informe anual, y comprar aquellos que sí han sido populares. De este modo se maquilla la composición real de la cartera a lo largo del año ya que de esta manera se puede captar a nuevos clientes, atraídos por las estimaciones de rentabilidad/riesgo ofrecidas. Tras maquillar las carteras comienza otra etapa que será de inversiones muy agresivas para beneficiarse del efecto enero.

"Salvo que se produzcan acontecimientos de gran calado capaces de mover los índices en sentido contrario al que lo han hecho en este ruinoso arranque de año, el efecto enero lo trasladaremos a febrero. O a marzo. O a abril ¡vaya usted a saber! Pero estoy convencido que lo celebraremos algún mes de este 2016, que ha amanecido lanzando bombas por todos los parqués del mundo", me dice el analista jefe de un banco de inversión, que es el que me ha facilitado el enlace que da cuerpo LA CARTA de hoy.


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