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Si ve que el volumen cae, no especule. Lo mejor es irse a la playa o al cine con aire acondicionado

por La Carta de la Bolsa Hace 8 años
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Israel Mena, ingeniero electrónico, pero amante y seguidor de las cosas de la Bolsa, me escribe: "Estimado director: con frecuencia, los medios suelen coger el rábano por las hojas. Con frecuencia, resaltan lo superficial, lo que todo el mundo ve, lo obvio. Pero no llegan más allá. En la coyuntura bursátil actual hay que ir un poco más lejos ¿Por qué los principales índices de Wall Street están bien soportados, pero con los volúmenes de negocio más bajos del año? ¿Por qué el resto de las Bolsas globales sigue la misma copla? La respuesta es doble: porque el inversor final sigue ausente y, también, porque todo está controlado por las máquinas, que explicaría la premisa anterior. Es decir, la Bolsa actual no es la Bolsa de siempre, la que crea valor, la que mejora la capacidad de las empresas, la que refuerza las estructuras de recursos propios..."

“Las empresas utilizan otras artimañas para cuadrar cuentas y dotar de músculo sus balances: preferentes, convertibles, ampliaciones exprés, pagarés…pero todo fuera del circuito tradicional. Hay hambruna por aprovechar los excedentes de liquidez el sistema, los excedentes propiciados y generados por los bancos centrales. Estamos ante el inicio de otra gran burbuja: la de los instrumentos financieros…”, añade.

“Y cuando no se entienden las cosas, lo mejor es estarse quieto, leer, pasear o ir al cine con la mujer, la novia o los amigos, pero que tenga aire acondicionado. Otra opción es la playa o la montaña..."

"Recuerdo, en este sentido, un artículo escrito hace años en LACARTADELABOLSA respecto a cuáles son la leyes que debe cumplir el inversor privado. James Montier, reputado ex-gestor y estratega global en Societe Generale y luego en el prestigioso equipo de GMO, señala las leyes siguientes:

1. Insista siempre en un margen de seguridad
 2. Esta vez no es diferente
 3. Sea paciente y espere el campo fértil
 4. Sea contrario
 5. El riesgo es la pérdida permanente de capital, nunca un número
 6. Desconfíe de apalancamiento
 7. Nunca invierta en algo que no entiende

Montier examina brevemente cada uno de los postulados:

1. Insista siempre en un margen de seguridad.

La valoración es lo más parecido a la ley de la gravedad que tenemos en finanzas. Es el determinante principal de los rendimientos a largo plazo. Sin embargo, el objetivo de la inversión (en general) no es comprar a valor razonable, sino comprar con un margen de seguridad. Esto refleja que cualquier estimación del valor razonable es sólo eso: una estimación, no una figura precisa, por lo que el margen de seguridad proporciona un colchón muy necesario contra los errores y desgracias. Cuando los inversores violan la Ley 1 invirtiendo sin margen de seguridad, corren el riesgo de tener un capital en letargo durante un gran periodo de tiempo.

2. Esta vez no es diferente

Sir John Templeton definía “esta vez es diferente”, como las cuatro palabras más peligrosas de la inversión. Cada vez que oímos hablar de una nueva era, debe comportarse como cuando Ulises y su tripulación se acercó a las sirenas: tenga a un amigo que le ate a un mástil.

3. Sea paciente y espere el campo fértil

La paciencia es parte integral de todo enfoque basado en el valor. Como Ben Graham escribió, “infravaloraciones causadas por negligencia o prejuicios pueden persistir por un tiempo incómodamente largas, y lo mismo se aplica a los precios inflados causados por un exceso de entusiasmo o estímulos artificiales”.

4. Sea contrario

Keynes también dijo que “El principio central de la inversión es ir en contra de la opinión general, sobre la base de que si todos estaban de acuerdo acerca de su mérito, la inversión es, inevitablemente, demasiado cara y por lo tanto poco atractiva.” Adherirse a un enfoque de valor tenderá a provocar ser contrario.

5. El riesgo es la pérdida permanente de capital, nunca un número

En esencia, y lamentablemente, la obsesión por la cuantificación del riesgo (desviación beta, estándar, VaR) ha sustituido a un enfoque más fundamental, intuitivo, e importante para acercarse al mundo de la inversión. El riesgo claramente no es un número. Es un concepto multifacético, y es insensato tratar de reducirlo a una sola cifra.

6. Desconfíe de apalancamiento

El apalancamiento es una bestia peligrosa. No siempre puede convertir una mala inversión buena, pero sí puede convertir una buena inversión en una mal. Simplemente una acumulación de apalancamiento en una inversión con un retorno de pequeño no lo convierte en una buena idea. El apalancamiento tiene un lado más oscuro desde la perspectiva de valor: tiene el potencial de convertir una buena inversión en una mala!

7. Nunca invierta en algo que no entienda

Esto parece ser algo ya conocido, puro sentido común. Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo es. La industria de la financiera ha perfeccionado el arte de convertir lo simple en complejo, y al hacerlo, logró extraer honorarios por sí misma! Si no puede ver a través del concepto de inversión y llegar al corazón del proceso, entonces probablemente no deberías invertir.

James Montier concluye comentando que justo en estos momentos las leyes señalan precaución: la ausencia de los activos a precios atractivos, con buenos márgenes de seguridad debería llevar a los inversores a elevar sus posiciones en efectivo. Sin embargo, en la actualidad parece como si los inversores estén siguiendo el dicho “mientras suena la música, hay que levantarse y bailar”.


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