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Irán vuelve al juego

por ASPAIN 11 Family Offices Hace 8 años
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El acuerdo logrado ayer en Viena entre Irán, Alemania y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) para limitar el programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de las sanciones imperantes, nos deja un nuevo escenario para la inversión de las empresas occidentales y para la evolución del precio del crudo.

 

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha afirmado que el acuerdo no depende de la confianza depositada en el país, sino de las confirmaciones que se realizarán en los chequeos llevados a cabo por la Agencia Internacional de la Energía Atómica y, que siendo superados con éxito supondrán definitivamente el fin de una crisis que dura ya una década.

 

El éxito de dichos chequeos se basa en el cumplimiento de una serie de medidas firmadas por Teherán, comprometiéndose a hacer un uso exclusivamente pacífico de la energía nuclear. Destacamos que:

-      No se producirá uranio enriquecido durante los próximos 15 años y se desharán del 98% del material nuclear del que disponen.

-      Serán eliminadas dos terceras partes de las centrifugadoras que tienen instaladas.

-      Se podrá verificar por parte de las potencias el grado de cumplimiento del acuerdo, sin ningún tipo de restricción.

Sin lugar a dudas la consecuencia más inmediata del histórico acuerdo será la más que probable caída del precio del crudo, según palabras del ministro energético del país, Bijan Namdar Zanganeh, Irán podrá incrementar al flujo de exportaciones de crudo 500.000 barriles al día, pudiendo subir esa cifra hasta el millón durante el próximo año.

Dicho incremento de petróleo al mercado vendrá  en un momento de exceso de oferta de entre 1 y 1.5 millones de barriles diarios que han provocado una caída de los precios en torno a un 50% respecto al año pasado. Además tenemos a Arabia Saudí incrementando la producción con vistas a posicionarse estratégicamente en huecos de mercado vacíos, aunque sea a costa de margen, para así partir con ventaja ante un viejo rival de mercado que está por reincorporarse a la partida.

La Unión Europea y China serán los mercados donde más probablemente se manifieste este nuevo flujo, y aunque la noticia ya se empieza a notar en la cotización del petróleo Brent en Londres, con caídas de un 10% desde que hace un mes se comenzara a descontar el acuerdo; sus consecuencias finales tardarán más en hacerse notar, tal y como ocurrió con la anterior caída a finales de 2014. Recordemos que las sanciones no serán definitivas hasta que la Agencia Internacional de la Energía Atómica emita un informe favorable en diciembre sobre los puntos clave anteriormente nombrados.

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Ésta más que posible nueva bajada del petróleo beneficiará sin duda a países importadores de petróleo como Japón, China o los diversos países europeos, mejorando notablemente sus balanzas de pagos; y perjudicará a la totalidad del resto de integrantes de la OPEP (países productores de petróleo), desde Arabia Saudí a Venezuela, afectados ya por un entorno deflacionista de precios del crudo.

Se abre así un posible escenario de expansión para las empresas occidentales; Irán es el segundo país, después de Rusia, con mayores yacimientos de gas natural y petróleo si los consideramos en conjunto, y se encuentra actualmente lejos de su producción óptima debido al bloqueo al que se encontraba sometido y, la falta de infraestructuras, que hacen que un considerable número de depósitos se encuentren sin producción de ningún tipo.

Por perspectivas de mercado incipiente, las empresas mejor posicionadas para la apertura iraní serán las pertenecientes al sector farmacéutico, ingeniería, logística y distribución; y especialmente aquellas que se encuentran actualmente con un grado de internacionalización mayor. 

El acuerdo Irán ha logrado poner en sintonía a las dos posiciones más contrarias en la mesa de negociación, Rusia y Estados Unidos, las cuales y desde que se iniciara el llamado Plan de Acción Conjunto han empeorado notablemente sus relaciones.

Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusia, gana así mayor presencia en la zona, muy dominada por Estados Unidos, y la posibilidad de mayor desarrollo de mercado para sus empresas energéticas, que parten con mejores relaciones comerciales con Teherán.

Obama, por el contrario, buscaba dejar saldado un problema que se extendía desde hace ya demasiado tiempo para así poder dedicar mayores recursos a la lucha contra el Estado Islámico y reforzar diplomáticamente el frente Europeo, donde Rusia está mostrando claramente intenciones de volver a mostrar poder en su zona de influencia histórica.

Por otro lado debemos considerar también el factor Israel, donde su primer ministro, Benjamin Netanyahu, calificó el acuerdo como “un error de proporciones históricas”.

Según Netanyahu, el actual flujo que recibe el país de 5.000 billones de dólares con perspectivas crecientes hasta los 70.000 seguirá empleándose para “continuar con su agresión y terror a la región y al mundo”.

 

Aunque el país hebreo desplegó abiertamente todo su poder y contactos internacionales para frenar y detener las negociaciones, llegando a advertir a Estados Unidos de lo que podría suponer un distanciamiento con su mayor aliado en Medio Oriente no logró finalmente impedir la firma del histórico acuerdo.

Desde Aspain 11 Asesores Financieros EAFI consideramos que puede tener grandes implicaciones para la economía a nivel global, ya que Irán tiene la cuarta mayor reserva de petróleo del mundo y la segunda mayor de gas natural y que bajo el acuerdo nuclear se levantarán las sanciones económicas. Irán podría recuperar los mercados en los países que redujeron las importaciones por las sanciones (China, Japón, India, Corea del Sur y Turquía). Sin duda, la expectativa de acuerdo entre Irán y el Grupo 5+1 ya se había descontado por el mercado, aunque la noticia ha hecho que el barril llegue a mínimos de tres meses. Sin duda los principales beneficiados serán los países eminentemente importadores de petróleo y gas, aunque no nos podemos olvidar que el petróleo es una materia prima que cotiza en USD y EEUU es uno de los principales importadores y consumidores de la misma. Un dólar más fuerte implica la pérdida de poder adquisitivo de los países importadores de petróleo cuya divisa no sea el dólar. Es decir, el petróleo se vuelve más caro para estos países por la depreciación de sus monedas, por lo que hay que pagar más unidades monetarias para obtener un barril de crudo.

Finalmente, decirles que Aspain 11 Asesores Financieros EAFI no tiene exposición directa al barril de Brent adelantándonos a la noticia incrementando posiciones en el sector salud. Siendo conscientes que no tenemos la bola de cristal, lo que marca la diferencia es el seguimiento.  

 

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