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"La solidaridad no puede seguir en manos de voceros. La Deuda Pública no ha crecido por rescates..."

por La Carta de la Bolsa Hace 8 años
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"Mucha demagogia y ahora más que llegan los procesos electorales. Mucha demagogia con el austericidio, palabro mal empleado, per se, y peor ubicado, porque no ha sido tal en la mayor parte de los países europeos. La Deuda Pública ha seguido subiendo. El mal no ha sido tanto, en este caso, porque la financiación de los Estados de la Eurozona es negativa ¡Más madera! Lo peor es el mal uso que los políticos y sus mariachis hacen del asunto. La Deuda Pública no ha crecido por rescates concretos a la banca sino por el mantenimiento de políticas sociales, que, tarde o temprano, dejarán de ser asumibles. Y, por supuesto, socialmente reprobables: unos cuantos no pueden pagar a unos muchos. La solidaridad debe ser bien entendida, bien manejada. La solidaridad no puede seguir en manos de voceros", me dice uno de los viejos lobos de mar de la Bolsa española.

Perpe.es señala que desde la crisis en el año 2008, la deuda pública española ha aumentado en más de 507,000 millones de euros.

Aunque aún se cree que las ayudas al sector financiero han tenido un impacto en este fuerte incremento, en realidad, se han destinado unos 66,000 millones a rescates y algo más de 3,000 millones a otras medidas de liquidez.

En el caso de las garantías, aunque son unos 72,000 millones de euros, no computa, ya que son simplemente avales.

Incremento de la deuda pública y ayudas públicas al sector financiero en España desde 2008 / Public debt increase and public aid to financial sector in Spain since 2008

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Ha escrito José Luis Martínez Campuzano en lacartadelabolsa que la austeridad fical es un tema tabú, desde el punto de vista político y social

La austeridad fiscal es un tema tabú, desde el punto de vista político y social. Pero, ¿inhabilita esto a la política fiscal como política económica?. Esto es lo que dice el FMI: En las economías avanzadas está en curso una recuperación moderada y desigual, respaldada por la caída de los precios del petróleo, una política monetaria que continúa siendo acomodaticia y un ajuste fiscal más lento. Sin embargo, los altos niveles de endeudamiento público y privado siguen poniendo trabas al crecimiento y la sostenibilidad de la deuda en algunas economías avanzadas. Además, en muchos países la inflación está muy por debajo de los niveles fijados como meta, lo que dificulta la difícil tarea de reducir los altos niveles de endeudamiento público. El crecimiento en las economías de mercados emergentes está moderándose, y en algunas la volatilidad  financiera y cambiaria ha elevado los costos de financiamiento público. Mientras tanto, la disminución de los ingresos provenientes del petróleo y las materias primas presenta desafíos para los países exportadores.

 En este entorno complicado, la política fiscal sigue siendo esencial -junto con la política monetaria acomodaticia y las reformas estructurales- para generar confianza y, cuando corresponda, apuntalar la demanda agregada. Dado que los márgenes de maniobra de las políticas son reducidos, hay tres ámbitos de acción que revisten más importancia para una política fiscal sólida:

1. Usar la política fiscal de manera flexible para apoyar el crecimiento, mitigando al mismo tiempo los riesgos y garantizando la sostenibilidad de la deuda a mediano plazo. El grado y el tipo de flexibilidad dependerán de la situación fiscal de cada país, las condiciones macroeconómicas y los riesgos fiscales pertinentes

2. Aprovechar la oportunidad que presenta la caída de los precios del petróleo. La reforma de los impuestos a la energía puede ayudar a reducir las externalidades negativas derivadas del consumo de energía y proporcionar un margen de maniobra para reequilibrar la presión fiscal, por ejemplo, reduciendo los impuestos al trabajo para promover el empleo. En las economías en desarrollo, una reforma más profunda de los subsidios a la energía podría crear margen para la ejecución de gasto productivo en educación, salud e infraestructura, así como para programas que beneficien a los pobres.

3. Afianzar los marcos institucionales para gestionar la política fiscal. Los marcos fiscales anclan la política fiscal y la guían hacia sus objetivos a mediano plazo. Estos marcos ayudan a potenciar el efecto de los estabilizadores automáticos a lo largo del ciclo económico y por ende reducen la volatilidad del producto y elevan el crecimiento a mediano plazo. Los marcos fiscales con bases sólidas son especialmente necesarios en los países con altos niveles de endeudamiento público y que están próximos a experimentar un aumento de la carga del gasto relacionado con el envejecimiento.

Al final, lo llamativo de todo lo anterior es que el FMI se inclina por el papel estabilizador que ofrece la política fiscal a medio plazo. Bien a través de dejar actuar a los estabilizadores automáticos (y no utilizarlos como contrapartida de políticas procíclicas) o bien optando por decisiones discrecionales. Siempre que haya margen para tomarlas....¿lo hay?.
 

En el siguiente cuadro vemos la estimación del pasado y previsión a futuro de las finanzas públicas de los principales economías, desarrolladas y en desarrollo....


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