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“Las ideas de Podemos nos arrastrarían a una ruina todavía mayor”

por Laissez Faire Hace 8 años
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Entrevista en Libre Mercado.

LIBRE MERCADO: ¿Cómo ves el panorama político y económico tras los últimos acontecimientos (irrupción de la extrema izquierda en ayuntamientos y regiones, quiebra de Grecia…)? ¿La situación es tan preocupante como parece?

JUAN RAMÓN RALLO: Hay dos aspectos preocupantes. El primero es que la crisis económica está lejos de haberse superado dado que el Gobierno no ha reducido el gasto o liberalizado la economía cómo debería haberlo hecho: eso nos coloca en una situación de fragilidad que puede estallar por cualquier disrupción profunda que vivamos (por ejemplo, la salida del euro de Grecia).

El segundo es que una sociedad que apoya en masa a dirigentes políticos que apuestan por entregarle un poder total al Estado es una sociedad que ha perdido el respeto a los valores básicos que a largo plazo permiten construir una sociedad libre y próspera: el respeto a la propiedad privada o a los contratos voluntarios, la vigilancia permanente contra los abusos de los políticos o la vindicación de un gobierno estrictamente limitado. Dicho de otro modo: sí, las ideas de Podemos nos arrastrarían a la ruina, pero lo verdaderamente grave es la sociedad que las acoge y las promueve.
LM: ¿Qué decisiones se deberían haber adoptado desde diciembre de 2011 para no haber llegado a este punto?

JRR: Es verdad que en diciembre de 2011 la situación económica era extremadamente difícil, pero debería haberse hecho justo lo contrario de lo que se hizo: bajar impuestos en lugar de subirlos; recortar todas las partidas de gasto público en lugar de mantenerlas a costa de asfixiantes tributos; liberalizar todos los sectores económicos y no tan sólo —y muy tímidamente— el laboral; y no rescatar a las cajas con dinero de los contribuyentes sino convirtiendo deuda en acciones (bail-in).

Pero más allá de preguntarnos qué debería haber hecho el gobierno por nosotros —algo sobre lo que no tenemos ningún control—, quizá sea pertinente plantearse cómo podemos nosotros protegernos frente a los errores y despropósitos de este gobierno y de los que vendrán: formarnos y educarnos para saber capear el temporal que los políticos nos crean.

LM: ¿Qué importancia concedes a las buenas ideas de cara al éxito o al fracaso de una sociedad?

JRR: Las buenas ideas son clave para poder disfrutar a largo plazo de sociedades libres y prósperas. Las buenas ideas —conocer cuáles son las bases de la convivencia y el respeto mutuo, o comprender adecuadamente cómo funcionan los mercados libres— son los pilares de cualquier sociedad funcional.

LM: Incluso en un entorno de tanto desánimo como el que padecemos, ¿es posible revertir la situación?

JRR: A corto plazo es complicado cambiar la mentalidad de millones de españoles que ciegamente apuestan por que los políticos dirijan, controlen y tutelen nuestras vidas. A largo plazo, la batalla de las ideas es fundamental: el consenso socialdemócrata tiene pies de barro y es necesario desarmarlo sin prisa pero sin pausa. Eso sí, para poder librar exitosamente la batalla de las ideas, necesitamos contar con las mejores ideas y con los mejores argumentos posibles: sin ellos, no lograremos socavar suficientemente el consenso del statu quo.

LM: Muchos consideran que el control de la educación es clave para imponer una determinada cosmovisión en la sociedad. Y es indudable que el pensamiento estatista es hegemónico en este sentido (colegios, institutos, universidades)…

JRR: El control estatal de la educación es evidente que se ha convertido en una herramienta básica de dominación política: el sistema está diseñado para crear “buenos ciudadanos” desde la más tierna infancia, entendiendo por “buenos ciudadanos” aquellos que muestren reverencia por el Estado y por la política estatal. Además, este fenómeno se refuerza con la creación de una burocracia educativa que está inserta en esa organización estatal y que, por tanto, normalmente tiene un interés consciente o inconsciente en perpetuarla: cuando tu modus vivendi está absolutamente alejado del mercado y cuando, para más inri, las ideas favorables al mercado podrían poner en jaque ese modus vivendi, entonces resulta hasta cierto punto comprensible que te repelan unas ideas o que no entiendes o que entiendes y sabes peligrosas para tus intereses.

LM: Al contrario de lo que se dice de los liberales, no estás encerrado en una burbuja. Eres un economista mediático, tus libros gozan de una excelente acogida entre el público, codiriges un Máster en Economía que va ya por la cuarta edición… Dada tu experiencia, ¿cuál crees que es la mejor manera de mejorar la sociedad en la que vivimos?

JRR: Formarse e informarse es clave para que no te engañen y para que puedas protegerte de las trampas que continuamente nos colocan encima de la mesa nuestros políticos. Uno puede formarse por vías muy distintas, pero, ya que lo mencionas, diría que el Máster en Economía del Centro de Estudios Superiores OMMA y la Universidad Francisco Marroquín, que tengo el honor de dirigir, es una de las mejores vías que conozco para ello: se trata de un programa de formación en Economía, estructurado con losmejores profesionales del sector (Carlos Rodríguez Braun, Daniel Lacalle, Miguel Anxo Bastos, etc.), que permite a cualquier persona —incluso aquellas que no cuenten con ningún conocimiento previo— alcanzar un grado de formación muy elevado en esta materia y que, para mayores facilidades, es on-line. Es decir, el alumno puede seguir en directo las clases desde casa, puede interactuar con el profesor y con el resto de alumnos por la plataforma del curso, y posteriormente dispone de todos los materiales y de todas las clases grabadas para poder volver sobre ellas tantas veces como quiera.

En octubre arrancamos con la cuarta edición de este máster, así que cualquier persona que quiera formarse e informarse en profundidad sobre una ciencia social tan fundamental como la Economía, va a tener una excelente oportunidad para hacerlo.


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