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"Bancos, las fusiones, alianzas o las compras se van a imponer. Es cuestión de supervivencia…"

por La Carta de la Bolsa Hace 8 años
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"En los salones de operaciones de las grandes gestoras del mundo vuelve a escucharse el runrun de las fusiones bancarias. En un entorno de tipos cero; de alternativas cada vez más escasas, que favorezcan el trading; de crecimientos económicos insuficientes para que el crédito explote y ofrezca buenos retornos (aún no se ha desapalancado la situación que llevó a la Crisis) y de abundancia de establecimientos bancarios, la banca debe buscar fórmulas para sobrevivir. Seguir exprimiendo al depositante y elevando el número de despidos de sus plantillas no es suficiente. El freno a este proceso está, no obstante, en el convencimiento entre los grandes actores del mercado de que algunas grandes entidades, que en buena lógica serían las que iniciarían el proceso de compras, fusiones o absorciones, necesitan mayores y mejores cifras de capital, pese a los esfuerzos realizados en los últimos años. En cualquier caso, los mejores analistas del mercado, los expertos más avezados dicen que el proceso se ha puesto en marcha y que es irreversible", me dice el analista jefe de un banco de inversión, que aprovecha para recordar el siguiente estudio

Tras superar una crisis que puso en duda la propia supervivencia del sistema y que impulsó la aplicación de duras normas de regulación prudencial –plasmadas en Basilea III–los bancos europeos cuentan hoy con balances más saneados y colchones de capital mejor dotados, y sus niveles de riesgo se han reducido considerablemente.

Un informe reciente de PwC investiga cómo se han adaptado los bancos a este nuevo entorno regulatorio. Elaborado por el equipo de análisis de The Economist (Intelligence Unit) a partir del análisis cuantitativo del balance agregado del sector bancario europeo para el periodo 2009-2013, el informe constata que los bancos europeos han simplificado sus negocios, eliminando las áreas de mayor riesgo –como las operaciones por cuenta propia, las titulizaciones complejas o los contratos de derivados OTC– para las que las nuevas normas imponen exigencias de capital mucho más elevadas.

Este ‘retorno a los orígenes’ por parte de la banca ha provocado una reducción de los activos bancarios totales –que el informe cifra en un mínimo del 3% en el periodo analizado, equivalente a casi un billón y medio de euros– y un cambio significativo del mix de activos ponderados por el riesgo (APR), donde se han reducido los segmentos de inversión y crédito corporativo a favor de hipotecas y deuda soberana.

Los activos bancarios se han reducido y el mix de activos ha cambiado

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El informe destaca además que gran parte de los bancos europeos ya cumplen con los requisitos básicos de capital ponderado por el riesgo (RWC) que establece Basilea III y cuentan, por lo general, con ratios de capital tan sólidas como las de los grandes bancos internacionales.

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También parece que se ha cumplido con el objetivo de reforzar los niveles de liquidez. En concreto, entre 2009 y 2013 las entidades analizadas para la elaboración del informe incrementaron en al menos un 78% sus posiciones en efectivo o cuasi efectivo, al tiempo que redujeron en un 38% los préstamos a corto plazo. La Asociación Bancaria Europa estima que, en promedio, los bancos europeos ya cumplen con el coeficiente de cobertura de liquidez (LCR) impuesto por Basilea III, por el que se les exige mantener suficientes activos líquidos de alta calidad para resistir 30 días en un escenario de financiación bajo tensión especificado por los supervisores.

La liquidez se ha reforzado y los préstamos a corto plazo han caído en picado

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No obstante, y pese a los progresos realizados, aún no está claro si todos los bancos serán capaces de cumplir al 100% con los requisitos de Basilea III y seguir siendo rentables. En este sentido, el informe identifica las dos principales amenazas a las que se enfrenta el sector bancario: los errores del pasado, que aún lastran la situación de las entidades y podrían forzarlas a repensar sus modelos de negocio, y la posibilidad –que muchos analistas e inversores ven como cierta– de que los reguladores impongan nuevas normas, más exigentes, en el futuro.


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