Aparte de que el ciclo de 10 días del S&P 500 permanece oficialmente en su fase descendente, el aspecto técnico que me despierta mayor interés lo constituye el desplazamiento hacia arriba de la línea horizontal del ciclo de 40 días. Así, para activar una señal de la posible conclusión de la fase ascendente de ese ciclo, el precio debe romper a la baja la nueva línea horizontal situada en 1.740,50.

Por lo demás, el precio volvió a saltar por encima de la resistencia situada entre 1.735,71 y 1.748,84. No obstante, como sigue sin despegarse de ella, no podemos darla todavía por finiquitada.

Entretanto, pese a que ya se ha cumplido el techo teórico (TT) del ciclo, debemos estar alerta por si el S&P 500 resuelve dilatar esta fase ascendente, en cuyo caso la formación del techo debería demorarse hasta finales de octubre o principios de noviembre. Pero no adelantemos acontecimientos. Dejemos que el mercado nos muestre sus intenciones.

Como ayer apenas se movió y, por tanto, no aporta información nueva, hoy no voy a mostrar el McClellan Oscillator. De ahí que todo cuanto expuse en el informe de ayer sobre este indicador sigue vigente.

Concluyo esta entrada enseñando un gráfico que compara la evolución del S&P 500 con el Índice Económico Semanal de Bloomberg. El dictamen de esa comparación no resulta prometedor. Mientras el S&P 500 ha continuado con su escalada, el Índice Económico Semanal de Bloomberg ha registrado una vertiginosa caída, discrepando de forma aparatosa de la euforia reinante en los mercados de renta variable.

La anterior ocasión en que aconteció semejante discrepancia de comportamiento fue en marzo de 2011. Aun así, el S&P 500 logró un nuevo máximo en mayo 2011. Ahora bien, la alegría le duró poco, porque tras ese techo, el S&P 500 sufrió una caída del 21,6% hasta constituir el suelo de octubre de 2011. ¿Se repetirá la historia?

Permanezcan atentos.