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Este mes hemos revisado a la baja nuestra previsión de crecimiento mundial para este año y el próximo en 0.1 punto, hasta niveles de 2.8 % y 3.4 % respectivamente. ¿Más negativos? Menos positivos, al menos si consideramos el dato previsto para 2015 considerando que sigue siendo superior al promedio histórico. Pero, es cierto, las previsiones para este año resultan frustrantes comparándolas con el aumento del 3.3 % manejado a principios de año. ¿Les suena? Sí, este comportamiento ha sido ya similar en los últimos ejercicios con optimismo inicial que poco a poco se enfrenta a una realidad mucho más compleja. De cumplirse nuestro pronóstico para este año, el crecimiento sólo sería marginalmente más elevado al estimado para 2013.

¿Por qué estas revisiones a la baja? Más allá de los datos concretos por países (este mes hemos revisado a la baja en una décima tanto el crecimiento previsto para los países desarrollados y para emergentes, en este último caso continuando una tendencia iniciada casi a principios de año), lo cierto es que hay estadísticas algo desconcertantes a la hora de valorar el escenario económico mundial: desde la frustrante evolución del comercio mundial, flujos financieros internacionales y el menor peso a lo esperado en el caso de los flujos de inversión directa internacional. Sí, quizás son factores que responden a la propia debilidad de la economía en los principales países desarrollados y a los indicios de consolidación en las economías emergentes. Este mes en concreto hemos revisado a la baja el crecimiento previsto para la zona EUR en 0.3 y 0.2 puntos respectivamente hasta 0.8 % y 1.5 % en 2014 y 2015. Y es la mayor rebaja en previsiones para la zona desde principios de 2013. A la vez, también hemos revisado a la baja ligeramente el crecimiento previsto para Japón en 2015 hasta 0.9 %. Recordad que el BOJ mantiene una previsión de crecimiento del 1.5 % para el próximo ejercicio. Pero vemos un crecimiento sostenido en USA y UK en los dos próximos ejercicios.

He aquí la próxima motivación para los bancos centrales de países desarrollados: ¿cómo normalizar la política monetaria en los países anglosajones y ampliar su carácter expansivo en el caso del ECB y el BOJ? La respuesta pasa obviamente por mayor inestabilidad en los mercados, un argumento adicional para que estos dos últimos bancos intenten aislar sus mercados y economía frente a esta potencial inestabilidad derivada del inicio de la subida de tipos de los primeros. Pero, por otro lado, una subida de tipos que será lenta y titubeante. Aunque en este punto sigue habiendo mucha incertidumbre, derivada en buena parte por el objetivo implícito de estabilidad financiera. En definitiva, los mercados, su comportamiento y potenciales excesos, se convierten en una amenaza para una recuperación sostenida a plazo.

Y es que los mercados siempre anticipan el futuro. Pero durante los últimos años ya nos hemos acostumbrado a su influencia en la economía, a través de las expectativas de los agentes y aumentando su riqueza financiera. La cuestión ahora es que el desajuste entre los precios de los activos financieros/deuda y la propia evolución económica plantea retos importantes en un entorno de menor crecimiento económico tendencial. Y es en USA donde se puede reflejar con más fuerza. Mientras, en otros como sería el caso de los europeos la prioridad sigue siendo mejorar las condiciones financieras y luchar contra los riesgos de la combinación de bajo crecimiento y baja o nula inflación. Veremos.

 


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