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"Cuando oigo que no hay alternativas a la Bolsa, me dan ganas de venderlo todo y salir corriendo..."

por La Carta de la Bolsa Hace 10 años
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"La frase más escuchada en los últimos meses es la de No hay alternativas a la inversión en Bolsa ¿A usted no le resulta rancia esta frase? ¿Nunca la había oído? Es un frase vieja, recurrente y muy, muy peligrosa. Es más, cuando la escuche y la vuelva a escuchar mil veces más, salga corriendo de la Bolsa. Los gestores intrépidos se desgañitan desde hace años en una alabanza desmesurada a la falta de alternativas a la Bolsa en un entorno de tipos 0 y, lo que es peor, ¡Barra libre para todos! porque si hay un batacazo descomunal en la Bolsa ya nos salvará Papá Estado con la ayuda de los Bancos Centrales. Y así, la danzarina más hermosa, la del baile del vientre, se contonea por barrios, pueblos y ciudades. Las danzarinas, con sus siete velos, son, en la mayor parte de las ocasiones, los responsables de los bancos de inversión, que arbitran con derivados ante la ausencia del inversor final. Son ejecutivos/as que aventuran un mundo mejor, sin límites en la valoración de sus activos y con crecimientos exponenciales que dejan boquiabiertos a los asistentes al espectáculo. Al final, el inversor final, que no entró en el Ibex a nivel de 7.000 puntos pierde la calma en los tropecientos mil. Es decir, lo de siempre: compra en lo más alto y vende en lo más bajo...", me dice el analista jefe de una gran gestora de fondos, que añade:.

“En la Bolsa actual, arropada con unos mejores y crecientes resultados empresariales, las nuevas danzarinas seducen con sus gestos, como lo han hecho en otros ciclos bursátiles. Otra cosa será el resultado final. Vuelven a salir a escena magos y encantadores de serpientes; zíngaras y tragasables; majorettes y saltimbanquis. Afloran también, los echadores de cartas y los visionarios. Más lejos, con una carreta convertida en tienda, alguien vende el último milagro de crecepelos...”

“Bailan cubiertas de abalorios, con cuentas de cristal que imitan el diamante, cuentas ensartadas que no valen un euro, pero se pagan a precio de oro. Es la historia de siempre. En épocas de mejora de las expectativas es más fácil seducir y también, caer en la trampa. Multitud de empresas de tamaño grande, medio y pequeño llevan años postradas, al borde del impago y sin capacidad de maniobra. Aprovechan, ahora como antaño, la marea para salir a la orilla y pedir dinero con el que financiar sus nuevas ilusiones, que volverán a defraudar. Ya han comenzado los defaults, los impagos de bonos...”

“Dicen que no hay alternativa a la Bolsa. Lean. Otra vez la alusión a la Trampa de la Liquidez. Refresco la memoria. Con tipos de interés 0 unos y otros hablan de la Trampa de la Liquidez, como si el mercado no tuviera ya trampas suficientes para cazar elefantes. Es un término, no obstante, al que tenemos que acostumbrarnos. Así lo confirma el devenir del tiempo. He encontrado en el El Manual Básico de La Economía de Mercado lo siguiente: Keynes afirmaba que las decisiones de ahorro y las decisiones de inversión son totalmente independientes y no existe ninguna fuerza que tienda a igualarlas. La idea monetarista es que el tipo de interés es esa fuerza. Si el tipo de interés es bajo los inversores demandarán más dinero; si el tipo de interés es alto, los ahorradores se sentirán estimulados...”

“El principal apoyo para las acciones es la falta de alternativas, pero los inversores deberían estar preparados para contratiempos y entrar en sectores más defensivos como productos básicos de consumo y servicios de la salud, ya que el crecimiento mundial ha alcanzado su pico” ha dicho Philip E. Baertschi, estratega jefe de Sarasin en Zurich.

“Cada vez que un conato de incendio es extinguido, salen dinero nuevo que entra en renta variable. Sin embargo, la perspectiva de una inminente desaceleración en el crecimiento aumenta el riesgo de un largo período de sorpresas negativas”, dijo Baertschi en una nota de investigación.

“Hemos reducido significativamente los riesgos de la cartera de rebajando la ponderación en los sectores financieros, industriales y materiales “, añadió.

Con tasas de crecimiento todavía relativamente altas, Baertschi predice que llevará tiempo que las acciones se pongan al día con la conciencia de que el crecimiento del PIB ha alcanzado su pico. “Pensamos que podría pasar un tiempo antes de que los mercados financieros se ajusten a una tasa de crecimiento más débil”, escribió.


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