La propiedad de acciones en Estados Unidos se concentra cada vez más entre una pequeña parte de la población; el 10% superior de los asalariados poseía el 87% de todas las acciones de EE. UU. en el primer trimestre de 2020, frente al 82,4% en 2009, mientras que el 50% inferior posee solo una pequeña parte. Datos muy preocupantes en términos sociales, económicos y políticos. Los trillones de dólares lanzados desde los aviones de la Reserva Federal de Estados Unidos han ido a muy pocas manos. También, a muy pocos valores, que quizá animan esas mismas manos. Con un S&P 500 en máximos y un desempleo disparado por la pandemia; con millones de hipotecas y de créditos, que no se podrán el resultado final de la ecuación será muy doloroso. Para unos y para otros. La Bolsa se está ahorcando", me dice el analista jefe de una gestora.

¿Qué pasa en España? A cierre del año pasado, los no residentes controlaban el 48,1% de la capitalización bursátil de las empresas cotizadas españolas, dos puntos porcentuales más que el año anterior. Este dato supone un nuevo récord histórico. En la última década, los inversores internacionales han pasado de poseer el 38,5% del valor total de la Bolsa española a ser propietarios de casi la mitad de la misma.

Los inversores no residentes han incrementado su participación en la tarta bursátil nacional en nueve de los últimos doce años, lo que da muestra del creciente interés de las empresas cotizadas en España para el capital extranjero, incluso en una etapa marcada por el impacto de la crisis financiera mundial. La mayor internacionalización de la actividad y la financiación de las cotizadas españolas, junto a la transparencia y competitividad de nuestro mercado de valores, pueden explicar buena parte de este fenómeno.

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