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"Las mariposas necesitan ir de flor en flor para alimentar su corta vida. Usted como inversor, no"

por La Carta de la Bolsa Hace 3 años
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Las mariposas necesitan ir de flor en flor para alimentar su corta vida. Usted como inversor, no. Con frecuencia es mejor estarse quieto. No es tarea fácil. Usted elige una compañía por su dividendo o buenos fundamentales, o por ambas cosas a la vez. Pasa el tiempo y la cotización no se mueve. La Bolsa sube y su valor no sube. La Bolsa baja, pero su valor baja. Llegan las dudas y con el paso del tiempo usted se sumerge en un mundo extraño, lleno de confusión. Meses, incluso años después, decide abandonar su posición. Pocos días o semanas después, en cualquier caso muy pocas en comparación con el tiempo que estuvo esperando y con esas acciones en cartera, salta la ficha, comienza a girar la ruleta y el valor, que tanto quiso y, luego odió, echa a andar. Usted se tira de los pelos, se maldice. Ya no tiene capacidad de reacción. Lo peor es que muchos empiezan a rotar valores, a cambiar de cartera", me dice L. M. analista en Bolsa, con más de 30 años de experiencia, que recomienda el siguiente enlace:

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El problema es que hacer una excesiva rotación de cartera suele tener un impacto negativo en la rentabilidad final que obtienen los inversores. Cuanto más se rote, peor. Según un estudio realizado por Allianz Global Investors en Estados Unidos, el inversor medio americano rota su cartera de media el 75% al año. Los hombres tienden a rotar más sus carteras que las mujeres, que están más orientadas al largo plazo. Y esa rotación excesiva tiene consecuencias. “Los inversores que más rotan sus carteras tienden a obtener peores resultados. Estos costes de transaccionalidad minoran su rentabilidad en un 3,7% de media”, explican desde la gestora, que recoge Óscar Rodríguez Graña |Funds People.

Aunque este estudio se centra en el análisis del comportamiento de 66.000 inversores retail a lo largo de seis años, lo cierto es que estas jugadas tampoco le suelen salir especialmente bien a los grandes inversores institucionales, que a pesar de contar con más recursos, históricamente también han sufrido las consecuencias de una operativa de rotación que no siempre sale como se espera. El error más común: comprar gestores que lo han hecho bien en el pasado reciente y vender aquellos que han funcionado mal. “El problema es que el rendimiento de los fondos contratados se erosionó después de la contratación, mientras que los fondos despedidos vieron mejorar su rendimiento después de haber sido vendidos”, explica Jeffrey Ptak, analista de Morningstar.

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“Un buen gestor no se convierte en uno malo de la noche a la mañana”, afirma Sasha Evers, director general de BNY Mellon IM para Iberia y Latinoamérica. Lo que ha funcionado es más fácil de comprar o mantener en cartera. Nadie lo discute. Lo difícil es invertir o conservar algo que haya tenido dos años malos. Existen ejemplos muy esclarecedores de fondos superventas con los que ha sucedido esto. “Aunque los inversores parecen atribuir mucho peso a la rentabilidad pasada a la hora de tomar decisiones de compra o venta, esto es insuficiente por sí solo. Las rentabilidades son sólo un punto de partida. Hay que considerar la rentabilidad junto con otros factores que son más predictivos, como los costes”, destaca Ptak.

 

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