Los inversores temen al Coronavirus mucho más que a otros virus que se han propagado por el mundo en los últimos años: La gripe aviar, la del cerdo, el síndrome respiratorio del Medio Oriente... ¿Por qué?  No es por su tasa de mortalidad, menor que las enfermedades antes señaladas, sino más bien por su capacidad de propagación, y por su carácter atemorizante y disuasorio. Ningún inversor vende porque piensa que los afectados por esta crisis vayan a ser una cifra relevante respecto al conjunto de la población mundial, sino porque el virus variará los hábitos de consumo de los afectados y los no afectados. De hecho, ya lo está haciendo. 

Dicho esto, lo que más preocupa a los inversores es qué efecto tendrá el coronavirus en el normal funcionamiento empresarial. Ya se están cortando las cadenas de suministros. Se están incrementando los controles aduaneros. El personal en algunos países tiene restricciones para ir a trabajar. Se están limitando los viajes de empresa, las conferencias, los congresos, se fomenta el teletrabajo... 

A este respecto, la revista Harvard Business Review ha realizado un informe dónde expone las 8 preguntas que las compañías deben realizarse con respecto a sus empleados y el coronavirus. Estas son: 

 1. ¿Cómo podemos proteger mejor a nuestros empleados de la exposición en el lugar de trabajo? 

2. ¿Cuándo debemos excluir a los trabajadores o visitantes del espacio de trabajo? 

3. ¿Deberíamos revisar nuestras políticas de beneficios en los casos en que los empleados tienen prohibido el lugar de trabajo o lo cerramos? 

4. ¿Hemos maximizado la capacidad de los empleados para trabajar de forma remota? 

5. ¿Tenemos sistemas confiables para la comunicación de salud pública en tiempo real con los empleados? 

6. ¿Deberíamos revisar nuestras políticas sobre viajes de negocios nacionales e internacionales? 

7. ¿Deberíamos posponer o cancelar las conferencias o reuniones programadas? 

8. ¿Están los supervisores adecuadamente capacitados? 

La planificación diligente para emergencias de salud globales puede ayudar a proteger a los empleados, clientes y el negocio. Pero los planes son tan buenos como su ejecución. Las empresas deberían utilizar la situación actual para optimizar y probar sus planes en batalla. Ya sea que Covid-19 se convierta o no en una pandemia en toda regla, estas capacidades demostrarán ser invaluables ya que la aparición de una pandemia global, causada por este coronavirus u otro agente en el futuro, no es una cuestión de "si" sino de "cuándo". 

Lacartadelabolsa