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Un dato que ha pasado totalmente desapercibido, y que debería preocuparnos y mucho

por Carlos Montero Hace 4 años
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Hace poco advertíamos en estas páginas que había que tener cuidado porque "el dinero tonto volvía al mercado" ¿Qué significa el dinero tondo? Pues el de los inversores particulares y los gestores de fondos de inversión o pensiones, que históricamente han demostrado obtener una rentabilidad claramente por debajo del mercado. En contraposición se habla de dinero listo aquel de los traders profesionales, inversores institucionales, y sobre todo los insiders, que han tenido una rentabilidad claramente por encima de los índices de referencia. Centrémonos en los insiders.

Se conoce con esta definición a los directivos y ejecutivos que operan con las acciones de sus propias compañías. Sus rentalidades superan sensiblemente al del resto del grupo de inversores, lo que parece bastante sencillo de entender pues ningún inversor conoce una empresa mejor que sus propios directivos. "Cuando los ejecutivos de las compañías compran no mires nada más, compra", me solía decir un jefe de inversiones que tuve hace muchos años.

Pero hoy les hablaré de otro aspecto poco estudiado y que tiene una suma importancia a mi entender, y es del hecho de que cuando un directivo lo hace mal le suelen echar o recolocar. Si cierto es que hay que seguir el dinero de los "insiders" para ver en dónde situar nuestro dinero, también lo es que hay que vigilar el comportamiento de esos insiders para ver cómo evoluciona las empresas en las que trabajan, y si vemos que uno de esos altos directivos es despedido, es porque su labor, y por tanto, la actividad de la empresa, no lo está haciendo bien. 

Bien, pues la tabla que les mostraré a continuación refleja que 2019 es el año en EE.UU. (cuna de todos estudios financieros) en el que más se despidieron a los Consejeros Delegados de las compañías. Esto sugiere que, a pesar de la euforia de los inversores con una bolsa estadounidense en máximos históricos, muchas de estas compañías lo están haciendo suficientemente mal como para tener que despedir a su CEO. 

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¿Nos lanzamos al mercado por tanto, a vender todas nuestras acciones? No exageremos. Pero sí es un dato más que muestra que una cosa es la realidad que están dibujando los mercados, y otra la de las empresas cotizadas. La primera mucho más optimista que la segunda, y cuando esto pasa, lo normal es que nos demos un baño de realidad a la baja. Tengan cuidado con la situación porque el exceso de confianza es bastante preocupante.

 

Lacartadelabolsa


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