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¿Tiene sentido hacer caso de la recomendación de los analistas? Las estadísticas nos dicen que no

por Carlos Montero Hace 5 años
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Antes de todo les hablaré de Alfred Cowles III. Cowles, nacido en Chicago en 1891 y educado en Yale, fue la primera persona en medir empíricamente el desempeño de los analistas bursátiles. “Cowles se convirtió en un exitoso hombre de negocios. Pero sus verdaderas pasiones fueron la economía y la estadística. Una pregunta en particular ejercitó su mente: ¿es posible ganarle al mercado de valores? - y en 1927 se dispuso a buscar la respuesta”, afirma Robin Powell en un reciente estudio de este interesante personaje. Añade: 

Durante un período de cuatro años y medio, Cowles recopiló información sobre las inversiones de capital realizadas por las grandes instituciones financieras de la época, así como sobre las recomendaciones de los analistas de mercado en los medios. No había fondos de índice en ese momento, pero comparó el desempeño tanto de los profesionales como de los pronosticadores con los rendimientos del Dow Jones de Industriales. 

Sus hallazgos se publicaron en 1933 en la revista Econometrica, en un artículo titulado ¿Pueden los pronósticos de los analistas superar al mercado de valores? Descubrió que las instituciones financieras producían rendimientos que eran un 1,20% peores al año que el DJIA; y los pronosticadores de los medios tuvieron una rentabilidad inferior al índice de un 4% por año. 

"Una revisión de estas pruebas", concluyó, "indica que los registros más exitosos son pocos, si es que alguno, no son fruto de la pura casualidad". 

Cowles dibujó a mano el siguiente gráfico en el que se muestra como el rendimiento de las recomendaciones de 24 agentes profesionales del mercado, y el de 24 carteras al alzar, tienen prácticamente la misma distribución. 

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11 años después, en 1944, Cowles publicó un estudio más amplio, basado en casi 7,000 pronósticos de mercado durante un período de más de 15 años. En él, concluyó una vez más que no había evidencia para apoyar la capacidad de los pronosticadores profesionales para predecir futuros movimientos del mercado. 

Lo que es tan extraordinario sobre el trabajo de Alfred Cowles y las técnicas que utilizó, es cómo de adelantado estaba en su tiempo. Incluso entre los estudiantes de finanzas académicas, la percepción común es que no fue hasta mediados de la década de 1970 que el valor de la gestión activa del dinero fue cuestionado seriamente. 

Dado el estudio de Cowles, refrendado por multitud de análisis académicos posteriores, lo que habría que preguntarse es ¿por qué estas conclusiones no son conocidas por el gran público? Esta pregunta se contesta con otra pregunta: ¿Creen que a la poderosa industria financiera le interesa que estos datos se difundan públicamente?  


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