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El juego ha empezado con retraso, pero es posible que haya una prórroga bastante larga

Julius Baer
por Carlos Montero Hace 6 años
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La economía seguirá avanzando con cierta dificultad , con la próxima recesión acechando hacia finales de 2019 o en 2020. La inflación se mantendrá controlada, impulsada por los salarios. Gracias a la continuación de las políticas monetarias favorables, las acciones siguen siendo la clase de activos de preferencia, mientras que los p recios de la renta fija son «demasiado buenos para ser verdad». Una cota máxima en la regulación supone un comodín positivo.

Hay que dejar de intentar ejecutar cálculos complicados o de adivinar el c omportamiento de los mercados . Warren Buffett afirma que la mejor manera de saber si las acciones son demasiado caras es tomar dos cifras sencillas: el valor global de toda la renta variable del mer cado, y el tamaño total de la economía. A continuación, debemos compararlas. Cuando el valor de toda l a renta variable ascienda al 80 % o menos que el tamaño de la economía, «comprar acciones probablemente ofrezca muy buenos resultados», escribió Buffett en un artículo para Fortune en 2001. Pero cuando el valor total de la renta variable excede el tamaño de la economía, es una señal de que los inversores se están volviendo demasiado caprichosos y codiciosos .

Lecciones de 2017

La revisión de los últimos doce meses ofrece valiosas lecciones para el futuro. La principal sorpresa de este año ha sido la amplitud del repunte económico mundial. Concretamente, Europa experimentó unas revisiones sustanciales en las expectativas de creci miento. China y otras economías de mercados emergentes también lograron alcanzar tasas de crecimiento estables y sólidas. Todo esto ofrece un marcado contraste con un 2016 desolador. En términos de inversión, la principal sorpresa fue el régimen de inversi ón, con fluctuaciones de precios históricamente bajas en acciones y bonos y una importante desconexión en términos de correlaciones. Por ejemplo, las rentabilidades de los bonos fueron bastante estables, pero los proxies de bonos (es decir, las acciones qu e se comportan de manera similar a los bonos) registraron masivamente un rendimiento peor de lo esperado. Por otra parte, los precios de la energía se recuperaron, pero los de valores en el sector de la energía no lo hicieron, al menos no en términos relat ivos. Para los inversores, esto significó muchos replanteamientos y un entorno de inversión lleno de retos, a pesar de la rentabilidad general positiva de los activos.

Para el año que viene, esperamos que la economía siga avanzando con cierta dificultad , acechando la próxima recesión hacia finales de 2019 o en 2020. Las dinámicas de la inflación probablemente seguirán estando bajo control, e impulsadas por los salarios. Por lo tanto, no esperamos una repetición del auge/caída de las materias primas de 20 03 - 2007. China se mantendrá estable, y proporcionará un crecimiento más lento pero constante. Esperamos que los bancos centrales sigan apoyando, a medida que la Reserva Federal de EE. UU. continúa sus ajustes moderados, el Banco Central Europeo cierra su p rograma de compra de activos y el Banco de Japón imprime constantemente dinero. Este generoso suministro de dinero debería convertir a la renta variable en la clase de activos de preferencia, dado que la renta fija ha sido calificada como «demasiado buena para ser verdad». Al mismo tiempo, los rendimientos de los bonos deberían comportarse y no causar problemas. En ausencia de un amplio movimiento al alza de las materias primas, estas últimas se convertirán en miniciclos. La política debería dejar de ser un motor tan relevante, a diferencia de lo ocurrido en la primera mitad de la décad a. De hecho, es probable que la política incluso pudiera prestar su apoyo. La «regulación máxima», es decir, el hecho de que el nuevo gobierno de EE. UU. no esté dispuesto a a ñadir nuevas normativas, podría encontrar apoyo global. Después de un mercado alcista en cuanto a normativa (ver gráfico 2) la marea puede estar cambiando, con un impacto positivo en el crecimiento y la percepción de los inversores.

¿Qué puede salir mal?

S eguimos el análisis del «World Risk Report» del World Economic Forum (WEF). Hace diez años, los principales riesgos percibidos eran de naturaleza financiera. Hoy, los especialistas en riesgo del WEF enfatizan que los riesgos más significativos provienen de catástrofes naturales y de la posibilidad de una guerra nuclear. Por lo tanto, los riesgos en los mercados financieros podrían seguir siendo provocados por el hombre, pero ya no tienen un carácter tan financiero.

En 2017, el crecimiento de los beneficios impulsó los precios de los activos.

Casos confirmados

En otras áreas, en 2017 nos hemos sentido más que reforzados: por ejemplo, por el hecho de que el crecimiento económico y, en particular, el crecimiento de los beneficios, más que los aspectos políticos , ha sido el principal motor de los mercados financieros en los últimos meses. Nue stros analistas técnicos vieron confirmado su argumento en favor de un mercado alcista estructural en acciones. Y nuestros analistas de la Próxima Generación afirmaron que estaban en un entorno «dorado» para su franquicia: suficientemente cálida como para que prosperasen los negocios disruptivos, pero suficientemente fría como para que los bancos centrales no se desenchufasen de los activos de riesgo. Por el contrario, los especialistas en renta fija lucharon para encontrar alternativas a los bonos, al igua l que muchos inversores en su campo. Finalmente, los inversores en bolsa deben reconocer que los mercados de renta variable no son particularmente caros, al menos no según los niveles del legendario inversor Warren Buffett 

2018 – activos clave

En cuanto a las recomendaciones de clases de activos individuales, destacamos lo siguiente:

Mercado de divisas : El dólar estadounidense puede haber alcanzado un pico cíclico, pero aún le queda algún beneficio a corto plazo. Por el contrario, algunas monedas europeas, como el euro y la libra esterlina, podrían suavizarse.

Renta fija: Dado los niveles de rentabilidad todavía muy bajos, favorecemos las estrategias sin restricciones, y destacamos el atractivo de los pagarés de alto rendimiento protegidos con capital. Para las posiciones largas simples, existen oportunidades en los mercados emergentes de divisas fuertes, bonos bancarios convertibles contingentes y vinculadores de inflación.

Renta variable: Nos limitamos a las acciones europeas, financieras y tecnológicas. Añadim os acciones de energía y de Japón, pero evitamos los proxies de bonos, como los productos básicos de consumo. En los mercados emergentes, Asia y la tecnología son clave.

Materias primas: Si bien no compramos en de forma generalizada, creemos que es hora de comprar oro a bajo precio, a medida que aumentan las incertidumbres más allá de 2018.

Análisis técnico: Las acciones individuales ofrecerán amplias oportunidades, además de comprar acciones japonesas en general y buscar un repunte del dólar estadounidense .

Next Generation: Nos estamos centrando en la disrupción digital y la movilidad eléctrica, pero evitamos las criptomonedas.


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