A corto plazo algo ha cambiado en las Bolsas, y ha cambiado para mal. A medio plazo, a pesar de las dudas a corto, se mantiene la posibilidad de que la crisis catalana sea una buena oportunidad de compra como lo fue el Brexit o la elección de Trump, en su día.

Fatiga en las Bolsas, tras una temporada de resultados, que ha sido buena, pero menos de lo esperado, y con los niveles alcanzados en algunas Bolsas, difíciles de justificar, a menos que aparezcan nuevos catalizadores. Las Bolsas europeas caen por la fortaleza del euro y el desplome de las materias primas, y Wall Street cae por el descenso del precio del petróleo y las preocupaciones por la reforma fiscal de Trump. Las Bolsas españolas también caen, ante el temor de que se enquiste la crisis catalana, y esta incertidumbre se mantendrá hasta que se acerquen las próximas elecciones autonómicas el 21 de diciembre, cuando los mercados se adelantaran, descontando un resultado.

El Ibex 35, la semana pasada, perdió los 10.100 puntos, lo que ha cambiado el rumbo de las Bolsas españolas a peor. Ha caído hasta los 9.925 puntos, sus mínimos de octubre. Es un nivel clave en el que entra mucho dinero, principalmente a bancos y blue chips, alentando un rebote técnico de cuya duración y alcance dependerá la futura tendencia. De momento todo parece indicar que los rebotes son para vender. La clave para empezar a interesar de nuevo, está en que supere claramente los 10.100 puntos, fue una zona de soporte clave y ahora es una resistencia calve, y luego los 10.300 puntos.