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¿Cómo hemos pasado desde una enorme burbuja a uno de los mayores crecimientos?

por Carlos Montero Hace 6 años
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Creo que es el momento de echar la vista atrás, y analizar cómo la economía española ha pasado de una de las principales crisis de su historia, a registrar crecimientos muy por encima de la media europea, crecimientos que se prevé continúen en los próximos ejercicios. Antes de ello, me gustaría señalar que si bien los ciudadanos de este país han sufrido enormes penalidades ante unas tasas de paro típicas de las más grandes depresiones, el futuro que tenemos ante nosotros es bastante más halagüeño del que muchos esperábamos hace tan solo unos años. Es momento de retornar al optimismo, aunque esta vez, con algo más de madurez y sentido común, lo que evitará que caigamos en los graves errores del pasado.

La economía española crece de forma sostenida a tasas del 3% anual que nadie anticipaba al salir de la crisis hace cuatro años. Un repaso a la evolución de lagunos indicadores desde la burbuja hasta nuestros días, nos permite entender el largo camino recorrido desde la gestación de los desequilibrios, el duro ajuste de la crisis hasta el momento en que nos encontramos actualmente. El factor principal detrás de un ciclo alcista de la bolsa son las expectativas de crecimiento de la economía. En este sentido no vemos argumentos que supongan una amenaza próxima para el actual ciclo alcista bursátil más allá de las normales fases correctivas intermedias.

La economía española registró un excepcional ciclo de crecimiento entre 1995 y 2007. La tasa media de crecimiento del PIB real del 3,55% durante 13 años fue muy superior al potencial de crecimiento de la economía española y se explica por factores derivados de la integración de España en la UE y el excepcional shock inmigratorio que registró nuestro país. A esto habría que añadir, a partir de 2004, la burbuja inmobiliaria que prolongó el ciclo hasta su estallido final. El crecimiento de la economía española en ese período superó por mucho al resto de países grandes de la UE, e incluso después del duro ajuste de 2007-2013 el crecimiento acumulado hasta hoy sigue superando ampliamente al resto de países.

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Pero todo proceso de crecimiento acaba generando unos desequilibrios en la economía que eventualmente provocan el fin de ciclo. Las fases recesivas pueden verse como el mecanismo de ajuste de esos desequilibrios hasta que la economía está en condiciones de iniciar una nueva fase expansiva. En el caso de España los desequilibrios que se acumularon en la parte final del ciclo tuvieron mucho que ver con la burbuja inmobiliaria. El fortísimo aumento de la actividad constructora derivada de la compra masiva de vivienda estuvo financiado en gran medida con crédito. Las cifras a las que se llegó en 2007 tanto de volumen de construcción como de precios de la vivienda eran claramente insostenibles y tarde o temprano la burbuja tenía que estallar. Lo hizo cuando de forma súbita se cortó el acceso al crédito a partir de 2007 y de forma total tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. La burbuja inmobiliaria-crediticia fue la culminación de un proceso de crecimiento insostenible en otros niveles: exceso de inversión en infraestructuras del sector público y de inversión exterior de las empresas también impulsado por un fuerte aumento del crédito. 


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