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La relación de amor-odio entre Podemos y el Frente Nacional

por Laissez Faire Hace 6 años
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Concluida la primera vuelta de las elecciones francesas, una de las noticias más llamativas de la jornada fue que el candidato de extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon, no se decantara abiertamente por Macron para frenar a Le Pen. Al contrario, el líder de “Francia insumisa” mostró una calculada equidistancia entre ambos candidatos a la presidencia de la República, tratando de señalizar que, a su entender, tan malo era el fascismo como el neoliberalismo.

Esta calculada equidistancia tuvo también sus réplicas en la política española: en un primer momento, los líderes de Unidos Podemos se negaron a posicionarse entre Macron y Le Pen. Primero vino Alberto Garzón, marcando una absurda línea de continuidad ideológica entre fascismo y liberalismo. Más tarde llegó Pablo Echenique, quien defendió la abstención en Francia. Y finalmente, Jorge Verstrynge, quien llegó a sugerir que prefería a Le Pen. Tuvo que llegar Pablo Iglesias este pasado sábado y llamar al orden a su partido para evitar que dentro del imaginario colectivo español comenzara a extenderse la idea de que el populismo de izquierdas exhibe una preferencia débil por el “fascismo” antes que por el establishment político francés.

Pero más allá de estos bandazos comunicativos, la relación entre la “extrema izquierda” y la “extrema derecha” no puede más que hallarse llena de este tipo de contradicciones. Por un lado, existen clarísimas diferencias entre Le Pen y Mélenchon-Podemos: Le Pen es una nacionalista exacerbada que, en última instancia, coloca los “derechos de Francia” por encima de los derechos humanos; en cambio, Mélenchon-Podemos sí reconocen ciertos derechos y libertades a los inmigrantes en pie de igualdad con los nacionales. Asimismo, Mélenchon-Podemos defienden subidas tributarias muy agresivas por cuanto su objetivo último es erradicar toda acumulación de riqueza fuera del Estado, mientras que Le Pen se conforma con mantener el ya de por sí salvaje nivel impositivo francés pues confía en poder coaligarse con el poder económico patrio para alcanzar sus objetivos de ingeniería social.

Sin embargo, por otro lado, las similitudes entre Le Pen y Mélenchon-Podemos también resultan abrumadoras: una parte muy significativa de sus programas son absolutamente coincidentes, tanto en el fondo como en las formas. No se trata de meras semejanzas casuales y anecdóticas, sino de programas coherentes en su ruptura con un orden social moderadamente individualista e internacionalista: tanto unos como otros pretenden someter la libertad individual a la voluntad colectiva del “pueblo”, delegar en el Estado la administración de los designios agregados de los ciudadanos y proteger a su país de las amenazas (culturales o económicas) exteriores.

En la siguiente tabla podemos encontrar algunas de las similitudes más palmarias entre ambos movimientos de extrema izquierda y de extrema derecha, extraídas textualmente tanto del programa electoral de Le Pen como del programa electoral de Mélenchon:


 

 

Le Pen

Mélenchon

Reforma constitucional

“Organizar un referéndum para reformar la Constitución y condicionar toda reforma futura a un referéndum. Ampliar el alcance del artículo 11 de la Constitución” (punto 2 del programa de Le Pen).

“Convocar un referéndum (artículo 11 de la Constitución) para iniciar un proceso constituyente” (punto 1 del programa de Mélenchon).

Romper con la Unión Europea a menos que ésta a menos que la UE se pliegue a las exigencias francesas

“Mantener una negociación con nuestros socios europeos al mismo tiempo que celebramos un referéndum sobre nuestra permanencia en la UE. El objetivo es que el proyecto europeo respete la independencia de Francia, la soberanía nacional y que sirva a los intereses del pueblo” (punto 1).

“Proponemos una estrategia en dos etapas: un plan A y un plan B en caso de que fracase el A. El plan A consiste en una salida concertada de los tratados europeos para abandonar las reglas existentes y renegociar otras reglas entre los países que así lo deseen. El plan B es una salida unilateral de Francia para proponer otros esquemas de cooperación. O cambiamos la UE o la abandonamos (…) La validación del proceso necesariamente pasará por un referéndum al pueblo francés” (punto 51).

Iniciativa legislativa popular

“Crear un auténtico referéndum de iniciativa popular a propuesta de al menos 500.000 electores” (punto 5).

“Instaurar un referéndum de iniciativa ciudadana y el derecho de los ciudadanos a proponer leyes” (punto 3).

Reforzar los medios policiales

“Rearmas masivamente a las fuerzas de seguridad: tanto en personal (contratación de 15.000 policías y gendarmes) como en medios materiales (punto 13).

“Reforzar los medios materiales y humanos de las fuerzas de seguridad, tanto cuantitativa como cualitativamente” (punto 13).

Restablecimiento del servicio militar obligatorio

“Restablecimiento progresivo de un servicio militar obligatorio (duración mínima obligatoria de tres meses)” (punto 121).

“Crear un servicio ciudadano obligatorio (…) La duración total será de nueve meses, dentro de los cuales se incluirá la formación militar inicial, respetando el derecho de objeción de conciencia” (punto 14).

 

Abandonar la OTAN

“Salir de la OTAN para que Francia no sea arrastrada a guerras que no le son propias” (punto 118).

“Abandonar la OTAN y rechazo a cualquier alianza militar permanente con la excepción de las operaciones de paz bajo la dirección de la ONU” (punto 54).

Garantizar la independencia militar de Francia

“Asegurar una capacidad de defensa autónoma en todas las áreas” (punto 119).

“Aprobar una nueva ley de defensa dirigida a garantizar la independencia militar de Francia” (punto 55).

Control político de los medios de comunicación

“Reformar el Consejo Superior Audiovisual con la creación de tres secciones: una integrada por representantes del Estado, otra por profesionales y la tercera por miembros de la sociedad civil” (punto 113).

“Sustituir el Consejo Superior Audiovisual por un Consejo Nacional de Medios que constituya un auténtico contrapoder ciudadano en garantía del pluralismo y de la calidad de los medios” (punto 8).

Planes estatales para reindustrializar el país

“Poner en marcha un plan de reindustrialización mediante la cooperación empresa-Estado para dar así primacía a la economía real sobre la financiera” (punto 34).

“Reindustrializar el país a través de la inversión y del restablecimiento de planes que coordinen a contratistas y subcontratistas o clientes y proveedores” (punto 18).

Refundar la Política Agraria Común para defender a la agricultura francesa

“Transformar la Política Agraria Común en la Política Agraria Francesa. Garantizar las subvenciones, cuyas cuantías serán fijadas por el gobierno francés y no por la Unión Europea para así apoyar el modelo agrario francés” (punto 126).

“Reforma agraria para facilitar el empleo de jóvenes, evitar la concentración de la tierra y crear de 300.000 empleos mediante precios subsidiados y un rediseño de la Política Agraria Común” (punto 46).

Defensa de los “sectores estratégicos”

“Garantizar la protección de sectores estratégicos y con futuro por la vía de controlar la inversión extranjera a través de una Autoridad de Seguridad Económica” (punto 39).

“Defensa de las industrias estratégicas” (punto 18).

Promoción estatal de las energías renovables

“Desarrollar masivamente los sectores franceses de energías renovables (solar, biogás, madera…) a través del proteccionismo inteligente, del patriotismo económico, de la inversión público-privada y de las directrices a EDF” (punto 133).

“Desarrollar todas las energías renovables” (punto 39).

Prohibición del fracking

“Prohibir el fracking mientras no respete requisitos medioambientales, sanitarios y de seguridad” (punto 136)

“Abandonar las energías fósiles acabando con todo subsidio a las mismas y con cualquier exploración de gas de esquisto” (punto 39).

 

Proteccionismo comercial

“Establecer un proteccionismo inteligente para proteger a las compañías francesas de la competencia extranjera desleal” (punto 35).

“Implementar el proteccionismo solidario: obstruir la libertad de movimientos de capitales y mercancías entre la Unión Europea y aquellos terceros países que arruinan nuestras economías y nuestra industria” (punto 51).

Establecimiento de barreras no arancelarias

“Defender la calidad: para combatir la competencia desleal, prohibir la importación a Francia de productos que no respeten los estándares nacionales de salud, bienestar animales y respeto al medio ambiente” (punto 129).

“Imponer el respeto a los estándares sociales y medioambientales de Francia para permitir la comercialización de productos importados” (punto 17).

Rechazar los tratados de libre comercio

“Rechazar los tratados de libre comercio (TTIP, CETA, Australia, Nueva Zelanda…)” (punto 127).

“Rechazar los tratados de libre comercio: el TTIP entre la UE y EEUU, el CETA con Canadá o el tratado TISA de liberalización de los servicios” (punto 49).

Regresar al franco para devaluar la divisa

“Restablecer una moneda nacional que esté adaptada a nuestra economía y que nos permita nivelar nuestra competitividad” (punto 35).

“Devaluar el euro hasta alcanzar la paridad con el dólar” (punto 51). Alternativamente: “Reclamar al Banco de Francia que recupere el control de la política crediticia y regulatoria, y asimismo avanzar hacia un sistema monetarip alternativo en el que el euro sea una moneda común pero no una moneda única” (punto 52).

Monetizar deuda pública a través del banco central

“Liberarnos de nuestra dependencia de los mercados financieros al autorizar nuevamente al Banco de Francia a que financie directamente al gobierno” (punto 43).

“Acabar con la independencia del Banco Central Europeo, modificar su misión y estatutos, autorizar la compra directa de deuda pública a los Estados, prohibir que el BCE pueda cortarle la liquidez a un Estado” (punto 51).

Extender crédito barato al sector privado

“Acceso libre al crédito para pequeñas y medianas empresas a través de tipos de interés preferenciales garantizados por el Banco de Francia” (punto 49).

“Financiar el crédito circulante de las pymes a un tipo de interés del 0%” (punto 21).

Plan de construcción de viviendas

“Reducir el coste de la vivienda mediante un gran plan de ayuda a la construcción y rehabilitación de viviendas” (punto 141).

“Construir 200.000 viviendas públicas anuales durante cinco años” (punto 33).

Desprivatizar las autopistas

“Renacionalizar las compañías de autopistas para devolverles a los franceses una herencia que ellos financiaron y que les ha sido expoliada” (punto 144).

“Renacionalizar las autopistas” (punto 41).

Derogar la reforma laboral de Hollande

“Derogar la reforma laboral de El Khomri” (punto 53).

“Derogar la ley El Khomri” (punto 24).

 

Defensa de la jornada laboral de 35 horas

“Mantener la jornada laboral semanal de 35 horas” (punto 63).

“Aplicar efectiva e inmediatamente la jornada de 35 horas” (punto 28).

Aumentar el salario de los funcionarios

“Descongelar y revaluar el salario de los empleados públicos. Garantizar su estatus jurídico” (punto 86).

“Iniciar una progresiva revalorización del salario de los empleados públicos, congelado desde 2010” (punto 30).

Plan estatal para conseguir la igualdad salarial entre hombres y mujeres

“Establecer un plan nacional para garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres” (punto 9).

“Extender a todas las empresas la obligación de adoptar un plan o un convenio colectivo contra las desigualdades salariales y profesionales entre hombres y mujeres” (punto 32).

Rebajar la edad de jubilación a los 60

“Establecer la edad de jubilación en los 60 años para aquellos que han cotizado durante 40” (punto 52).

“Restablecer el derecho de jubilación a los 60 años con pensión completa para aquellos que han cotizado 40” (punto 31).

Potenciar el consumo de proximidad

“El verdadero ecologismo consiste en producir y consumir tan cerca como sea posible” (punto 131).

“Promover la creación de cooperativas de consumo en contacto directo con los productores” (punto 43).

Prohibir los transgénicos

“Aplicar el principio de precaución para prohibir los productos transgénicos” (punto 136).

“Rechazar los productos transgénicos” (punto 45).

 

A la vista de los cuantiosos y notables parecidos, pero también de algunas esenciales diferencias, resulta inevitable que, más allá de la consigna pública deliberadamente reivindicativa de la tradicional identidad antifascista de la izquierda fetén, la actitud ideológica de Unidos Podemos hacia el lepenismo oscile entre la indeseada atracción y la visceral repulsión. Ciertamente, hay elementos clave que los separan de raíz; pero también hay otros elementos igualmente clave que objetivamente los acercan mucho más a Le Pen que a Macron. Por eso su relación les resulta tan conflictiva: se odian pero, a su vez, sus coincidencias son demasiado evidentes como para poder obviarlas.

Tanto los unos como los otros, eso sí, son enemigos de las sociedades abiertas que siempre ha defendido el liberalismo (enemigos de la propiedad privada, de la igualdad universal, de la autorregulación social, de la globalización, de la responsabilidad individual o de la fraternidad voluntaria): y, por eso, tanto unos como otros deben ser combatidos intelectual y políticamente. En última instancia, ninguno de ellos defiende una concepción amplia de la libertad individual que constituya una frontera infranqueable frente al Estado tanto en el ámbito civil como en el económico. Al contrario, los dos promueven, bajo diversas fachadas holistas, la primacía de la violencia del colectivo sobre la autonomía de la persona.

 


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