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Son gráficos de Citi. El primero se refiere a la zona EUR, la comparación entre expectativas de datos y datos reales.

¿Y la divergencia reciente? Puede ser el mal tiempo a principios de año. Normalmente, al final, son los datos reales los que se adaptan en mayor o menor medida a las expectativas.

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El segundo, también de Citi, muestra la evolución de sus previsiones de crecimiento a lo largo del tiempo…

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Al final, con los datos de crecimiento previstos para este año es la primera vez en varios ejercicios que el cambio de previsiones ha sido al alza o en el peor de los casos estable. Citi espera un crecimiento del 2,8 % y 3,2 % respectivamente para 2017 y 2018. Y del 1,9 % y 2,1 % respectivamente para ambos ejercicios en el caso de las economías desarrolladas. 


¿Y la inflación? Ayer conocimos los datos de inflación en Alemania y España de marzo, en ambos casos menores de lo esperado. En el caso de la inflación alemana, niveles de 1,6 % desde 1,8 % esperado (2,2 % anterior). Unos datos que confirman el impacto anterior del efecto escalón y la subida de los precios del crudo. Pero, unos datos que siguen lejos de ser considerados como una amenaza de un nuevo proceso de desinflación.

Los datos de la Eurozona conocidos hoy muestran una caída en el ritmo de aumento anual hasta un 1,5 % desde el 2,0 % anterior. ¿La subyacente? Aún es pronto para valorarlo. Pero todo apunta a que no habrá muchos cambios cuando se publique en algo más de una semana en Alemania. Con todo, a nivel europeo los primeros datos apuntan a una moderación de su ritmo anual hasta 0,7 % desde 0,9 %.

Tras estos datos, ¿hay menor presión para que el BCE comience a normalizar su política monetaria? Sinceramente, esta no es la cuestión. De hecho, el debate no era sobre el inicio de este Proceso como sobre una mayor certeza de que este proceso se puede iniciar en el futuro próximo. Y esto por tres razones: 1. La mejora en las expectativas; 2. La percepción de que los riesgos son menos acusados en estos momentos; 3. la facilidad y hasta normalidad con que los mercados han absorbido las subidas de tipos de interés oficiales en Estados Unidos. Simplemente, el debate se centra en la posibilidad de que la autoridad monetaria europea pueda dar más certeza a futuro sobre la estrategia de normalización monetaria. Esta cuestión sigue abierta para la reunión del 27 de abril.

Entiendo sus dudas: ¿Por qué cambiar ahora el sesgo si todo parece ir bien? Pues precisamente por eso: porque todo parece ir bien y la política monetaria actual es representativa de un escenario anterior de amenazas de recesión y deflación. Se trata, al final, de evitar que esta política monetaria excepcionalmente expansiva se pueda convertir en un nuevo riesgo a medio plazo.


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