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Confiscación de nuestras inversiones en oro en tiempos de crisis

por Ismael de la Cruz Hace 7 años
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Cualquier inversor en metales preciosos tiene entre unos de sus miedos la posibilidad de confiscación de sus reservas en metal por parte del Estado. Buscamos al invertir en oro un seguro antes crisis monetarias y económicas, pero nos podemos encontrar que termine siendo una de esas crisis la que nos arrebate el ahorro que hemos destinado a protegernos de ella.

Aquellos acostumbrados a invertir en acciones o inmuebles pueden considerar la confiscación como algo absurdo, pero ha sucedido en el pasado un número suficiente de ocasiones como para mantener cierta preocupación en momentos como el actual donde los niveles insostenibles de deuda, el gasto rampante de los gobiernos y la inyección monetaria puesta en macha por parte de los bancos centrales puede llegar a estar sembrando la semilla de la próxima gran crisis. Cuando el gobierno desea apoderarse del ahorro de los ciudadanos no tiene necesidad de confiscar activos como bonos, acciones o cuentas de ahorro puesto que puede hacerlo a través de devaluaciones monetarias de forma indirecta. Pero cuando los momentos son de extrema gravedad los gobiernos en el pasado han requerido a sus ciudadanos la entrega de sus inversiones en oro (el único activo que ha sido incapaz de controlar a lo largo de la historia al no ser pasivo de nadie).

Las soluciones ante una hipotética confiscación no son muy variadas. Si el gobierno decide declarar ilegal la tenencia de oro, no tenemos otra opción excepto cumplir con su mandato. Podemos optar por incumplir la ley, pero asumiendo las consecuencias de futuras multas económicas e incluso penas de cárcel.

Aunque la confiscación sigue siendo para muchos inversores un evento de baja probabilidad hoy en día, puesto que el oro no forma parte del sistema monetario internacional como lo era en 1933, puede ser una opción posible si la situación se vuelve extremadamente difícil. La montaña de deuda sobre la que se encuentran los gobiernos sentados y el continuo incremento de pasivos infinanciables derivados de promesa de difícil cumplimiento, pueden llevar a los gobernantes a encontrar en el oro la fuente para cubrirlos.

Debemos ser realista y asumir que aún a pesar de que la probabilidad sea menor que en el pasado la confiscación debe ser considerada como real en nuestro escenario de inversión. Nos encontramos en un mundo de incertidumbres donde los problemas se extienden de un lugar a otro e incluso de forma global de una forma vertiginosa. Sin un respaldo oficial del oro por parte de las grandes monedas hoy en día la motivación para efectuar una confiscación es baja, pero eso no ha detenido algunos gobiernos de hacerlo de una forma moderna a través de controles monetarios y devaluaciones.

En la red podemos encontrar muchas soluciones para hacer frente a un hipotético escenario de confiscación, pero la mayoría de ellas son difíciles de llevar a cabo.

  • Entre la comunidad de inversores en metales algunos afirman que en un hipotético caso de confiscación la plata estaría exenta, puesto que durante pasadas confiscaciones la plata no formaba parte del sistema monetario. Lo que quizás algunos no recuerdan que tan solo un año después de la orden de confiscación de oro del año 1933, el presidente Roosevelt solicitó la entrega de toda la plata de los EEUU para acuñar moneda.
  • Los coleccionistas de monedas y comerciantes afirman que las monedas estarán excluidas como así se hizo para ciertas monedas raras en el año 1933. La discrecionalidad a la hora de determinar si eres coleccionista o inversor en moneda genera una inseguridad para aquellos que quieran sortear una posible confiscación invirtiendo en moneda de colección en lugar de lingotes.

Desde 1933 varios episodios de confiscación se han producido alrededor del mundo. Aunque las circunstancias específicas varían existe un punto en común. Todas surgen fruto de una crisis financiera, duran un periodo mínimo de 13 años y existe una prohibición total de almacenar oro salvo piezas clasificadas como raras y joyería.  A medida que el gobierno va agotando sus reservas y la situación alcanza niveles de emergencia, la clase gobernante no duda en apoderarse por decreto de la riqueza de los ciudadanos. En bastantes ocasiones recurren a mensajes patriotas con las que ocultar el saqueo.

Confiscaciones más importantes en sociedades avanzadas.

  • Estados Unidos 1933 (Confiscación de Oro)
  • Australia (1959)
  • Reino Unido (1966)

Soluciones

Una primera solución es mantener su inversión fuera del sistema bancario. Es conocido que gran parte de las entidades bancarias usan el oro que mantienen depositado para prestarlo y usarlo como garantía para terceros distintos de sus propietarios legales. Es importante alejarse del riesgo sistémico que esta situación implica para evitar el riesgo de verse involucrado en una situación de pérdida por una posible quiebra del banco en el que se encuentra depositado.

Otro paso adicional que podemos dar es mantener el depósito en el extranjero, en una bóveda fuera del sistema financiero. Dificultando la incautación del mismo, consigue ganar tiempo para luchar contra una orden de confiscación en tu país.

Lo anterior no le ofrece una seguridad absoluta puesto que un gobierno desesperado puede declarar una orden de repatriación de todo el oro, independientemente del lugar donde esté almacenado.

En resumen, aunque no exento de riesgo la mejor solución hoy en día consiste en localizar nuestras inversiones en metal en una empresa con sede en un país que haya demostrado un fuerte compromiso con las leyes y que nos ofrezca las mayores garantías de protección de nuestras posesiones en metal.


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