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"Tú no cobrarás la pensión y yo no sé hasta cuándo. No hay dinero y las alternativas son peores…"

por La Carta de la Bolsa Hace 7 años
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En el Puente de Todos los Santos me encuentro con Lorenzo U. en la Gran Vía madrileña. Coincidimos un par de años en la Facultad de Ciencias de la Información. Tiene seis años más que yo. En esa época, de estudios para él tardíos, Lorenzo trabajaba en el Banco Bilbao. Me cuenta que "me prejubilé hace varios años y ahora ya cobro la pensión normalizada". Divorciado y con dos hijos sigue al cargo de una pensión ubicada en el centro de Madrid, que heredó de sus padres, siempre ha sido un gran seguidor de la Bolsa. "¿Te acuerdas de mis primeras andanzas en ese mundo cunado tú trabajabas de ayudante en una revista económica de la época?" Le contesto de manera negativa. No recuerdo operaciones en esa época. "Sí hombre, compré explosivos, Urbis, Banco Occidental, vamos las joyas de la corona de aquella época y en todas perdí una pasta", me insiste. Recuerdo, en efecto, fiascos serios y muy grandes. Siempre ha sucedido en la Bolsa lo mismo: grandes subidas y caídas a plomo. "Antes de prejubilarme vendí planes de pensiones y jubilación en el banco, ya BBV. Otra ruina", recalca. Hablamos de mi edad, la familia, recuerdos de la Facultad y de un fin de semana que pasamos en Benidorm...

Al cabo de una hora ¿o fue más? hablamos de uno de los asuntos de moda: LAS PENSIONES. De su agujero, de su quiebra, del giro piramidal en la población española. "Tú no cobrarás la pensión. No salen las cuentas y a mí me la recortarán, porque tampoco salen los números. No hay dinero suficiente y las alternativas, como los fondos de pensiones y similares son una ruina", me insiste. Coincido con él en casi todo. Considero, no obstante, que habrá una especie de Pensión Universal ¿400/500 euros? y recuerdo un artículo sobre las malas alternativas: Dos de cada tres planes de pensiones pierden dinero en la última década (Aitor Atozqui / www.invertia.com )

El fin de la llamada hucha de las pensiones, previsto para finales de 2017, vuelve a poner de relieve la importancia de contar con un plan B para la jubilación. Por desgracia, los planes de pensiones fracasan a la hora de proteger los ahorros de sus partícipes: solo uno de cada tres bate a la inflación y uno de cada seis pierde dinero en la última década.

El Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la llamada hucha de las pensiones, podría agotarse a finales del próximo año, según ha reconocido en los últimos días el actual Gobierno. Los expertos no creen que el fin de esta red de seguridad sea motivo de alarma, pero sí una llamada de atención para ir preparando un plan B de cara al retiro. Por desgracia, muchos de los productos financieros destinados a complementar la futura pensión fracasan a la hora no ya de incrementar el patrimonio de sus partícipes, sino de protegerlo a largo plazo.

Para preservar el capital de sus clientes, los gestores deben no solo obtener rentabilidades positivas, sino superar la inflación. Según datos del INE, el IPC se ha incrementado en un 15,1% en la última década, lo que equivale a una rentabilidad media anual del 1,51%, una cifra que no debería ser extremadamente difícil de alcanzar. Sin embargo, de los casi 600 planes de pensiones cubiertos por Morningstar con más de 10 años de vida, apenas el 40% ha logrado superar esta barrera. Pero lo que es peor, prácticamente uno de cada seis planes registra pérdidas en este periodo.

La rentabilidad necesaria para retirarse con tranquilidad varía de una persona a otra, en base a múltiples factores. No obstante, las gestoras suelen barajar como un objetivo razonable el 3%-4% anual. En la última década, solo medio centenar de planes han dado retornos anualizados de al menos el 3%, es decir, menos de una décima parte del total.
Estas bajas rentabilidades se explican en parte por las altas comisiones, que ya han sido limitadas en más de una ocasión por la CNMV. Sin embargo, el principal problema es que la industria ha desatendido este tipo de productos. En los últimos años, esto ha comenzado a corregirse, con la aparición de gestoras de pensiones y el lanzamiento de planes que replican fondos de autor. Entre las últimas firmas que están reforzando su presencia en este nicho, en el que tradicionalmente ha habido poca competencia, figuran Abante, Gesconsult o azValor.

ALTERNATIVAS

No todos los planes de pensiones están fracasando a la hora de crear valor a largo plazo para sus partícipes. Pese al difícil entorno del mercado en la última década, algunos planes han logrado obtener rentabilidades anualizadas bastante decentes, como el Caser Premier 2021 PP AC (9,65%), el Bestinver Global PP (6,52%), el Naranja Standard & Poors 500 PP (6,15%) o el BBVA Telecomunicaciones PP (6,06%).

No obstante, los planes de pensiones no son la única opción para quienes quieran jubilarse sin apuros económicos, ni necesariamente la mejor. Uno de los grandes problemas de estos productos es que no pueden rescatarse antes de la jubilación, salvo en situaciones muy concretas, y que la ventajosa fiscalidad a corto plazo (desgravación de hasta 8.000 euros anuales) se ve contrarrestada por la fuerte carga impositiva en el momento del rescate.

Quienes no estén satisfechos con su futura pensión, pero no terminen de confiar en los planes de pensiones, disponen de varias alternativas. La más obvia es la jubilación flexible, que permite compatibilizar un trabajo temporal con el cobro de la pensión. Otra opción es acudir al banco para buscar productos como una renta vitalicia o una hipoteca inversa, aunque en estos casos es aconsejable hacer números y, sobre todo, leer la letra pequeña, ya que estas rentas no siempre son tan vitalicias como parecen.

Por otra parte, existe la opción de invertir en otros activos financieros, como un inmueble para alquiler, cuyas rentas suelen rondar el 4%-5% anual, aunque en este caso conviene vigilar la fiscalidad. O apostar por otro tipo de activos como los fondos, los ETF o la bolsa, que pueden dar mayores rentabilidades, pero conllevan una mayor volatilidad. Entre estas opciones, los fondos de reparto son una posible opción para quien busque rentas periódicas.

Pero quienes busquen un producto similar a los planes de pensiones disponen de dos grandes alternativas. En primer lugar, los planes de previsión asegurados (PPA), que en la práctica solo se diferencia de los planes en que se formalizan como un contrato de seguro y ofrece una rentabilidad mínima. Y por último el plan individual de ahorro sistemático (PIAS), que genera una renta vitalicia y, a diferencia del plan tradicional, no tiene incentivos fiscales, pero sí ventajas a la hora del rescate siempre que hayan pasado al menos cinco años desde la primera aportación.


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