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Un buen trader no se concentra en cuanto gana

por OnTrader Hace 7 años
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En estos 6 años como trader,  Jamás he observado a alguien subir a internet el historial de una quiebra. Por el contrario, es muy normal observar a quienes exponen con orgullo (respetable), sus rentabilidades astronómicas. Un buen trader no se concentra en cuanto gana, eso llega solo. Un trader se concentra dìa a dìa en tener el 'armamento' intelectual  adecuado para enfrentar una racha negativa.

El hueco.

Denomino hueco a aquel espacio que siempre existe, por medio del cual el mercado nos puede absorber y someter a una racha negativa, sea efímera o prolongada. Este hueco traga capitales, y los primeros degollados son aquellos sin el armamento suficiente para enfrentar una seguidilla de pérdidas, por el simple hecho de estar enfocados en ganar, pasando por alto que somos criaturas de carne y hueso, impregnados de emociones, de errores, es decir: Humanos asimétricos. 

Recuerdan con nostalgia ante sus inmensas pérdidas, las tardes en las que celebraban estupendas ganancias, y hacían gala en redes sociales de las imágenes de sus grandes rentabilidades. Lo que nadie les avisó es que a la misma velocidad con la que se gana, se pierde, y que buscar entre el 1% al 8% de renta mensual, puede sonar absurdo, pero, no tan absurdo como perder el tiempo en búsqueda de rentas mágicas, que desaparecen como arte de mágica a manos del mercado.

El inversionista inconsciente.

Pasar meses o incluso años invirtiendo, sin ser consistentes, tiene su respuesta: Ambición. 

Muchos llegan a invertir con la venenosa idea de generar grandiosas ganancias, ignorando por completo que la naturaleza de los mercados financieros es llevar al inversionista ante escenarios adversos, volátiles, impredecibles. Es su grado de ambición lo que determina sí sobrevive a estos escenarios. Inversionista no es el que tiene una cuenta con un broker, es quien elige y hace lo de un inversionista. Abundan los apostadores, quienes lanzan el anzuelo en búsqueda de un gran pez, con planes de inversión que no van a seguir con rigurosidad, sencillamente por darle una importancia mayor a generar ganancias, que a tener la disciplina de estudiar, investigar y seguir paso a paso un plan.  Esto último es aburridísimo para la mayoría, por ende, la mayoría pasa meses o años sin tener ganancias constantes, pierden al corto plazo todo lo generado con antelación. 

El efecto dómino.

Cae la primera ficha, hablo de la ambición, tumba la segunda ficha, me refiero a la improvisación, esta,  empuja la tercera ficha: El apalancamiento impulsivo. Por último la tercera derriba la última ficha: La quiebra.

La primera ficha: Peón de la ambición. 

Cuando el trader es un apostador y no un inversionista metódico, sencillamente no tiene ni media idea  que escenarios adversos puede enfrentar, no ha estudiado a cabalidad su plan, solo quiere zacear la sed de ganar a toda costa. Entonces, cuando el mercado lo enfrenta a un escenario adverso, abandona el plan, desconfía del plan, no lo conoce a profundidad, pasa todo ello producto a que quiere ganancias sea como sea.  Empieza a culpar al exterior: Al mercado, a la suerte, al plan, a los datos económicos, y sì es posible al vecino por poner la música que lo desconcentró. 

Segunda ficha:  De trader a vidente. 

Defino la improvisación como la incapacidad que tiene un individuo de seguir un plan, o la carencia de un plan, hay quienes no lo tienen, y hay quienes lo tienen pero no lo han estudiado. Al caer la primera ficha, llega el momento de ver al apostador desnudo, es decir, quien después de culpar al exterior de su mala racha, empieza a adivinar para donde va el precio, empieza a realizar análisis burdos, carentes de fundamentos serios. Estamos entonces ante un vidente, no frente a un trader. 

La tercera ficha: ‘¿Què historial voy a presumir hoy en Facebook?’

El apalancamiento impulsivo. Al sentir la persona el agua al cuello, empieza a pensar: ‘El broker me ha armado un complot, es imposible ganar en esto. He perdido hoy lo de toda una semana’.  Después de haber mandado al carajo el plan, posterior a improvisar, ya las pérdidas son tan grandes, que se empieza a preguntar: ‘¿Què historial voy a presumir hoy en Facebook?’ . Inicia su mente a recordar el carro que tiene que pagar, el arriendo, o la cuota al banco, el cumpleaños de Ana en Junio, ¿Cómo no va a llevar regalo?, empieza la preocupación. 

La solución del trader inconsciente es predecible: Opta por un apalancamiento grotesco. Con el fin de recuperar todo en solo suspiro. Hay quienes sobreviven, hay quienes no. Independientemente de sobrevivir o no, el objetivo es invertir de manera elegante, siguiendo un plan, siendo siempre un trader, no apostador, no un adivino. Para ello es ineludible estudiar arduamente un plan de inversión, manejar rentabilidades del 1% al 8%. Quitarse de la mente la idea que el juego consiste en elevar una cuenta, el desafío consiste en generar una rentabilidad coherente. 

Este negocio es un vehículo de inversión, que sirve para evitar que el dinero sea absorbido por la inflación, y lograr que el dinero no vague y produzca. 


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