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El Sr. Mercado es un tipo maníaco depresivo con el que puede relacionarse de forma rentable

por Carlos Montero Hace 10 años
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Hace más de 60 años, Benjamin Graham, uno de los inversores más exitosos de todos los tiempos, postuló la noción del “Sr. Mercado”, como un tipo maníaco-depresivo con quien podría relacionarse de manera rentable si mantiene su ingenio.

Algunos días, cuando esté deprimido, el Sr. Mercado le ofrecerá acciones a precios que están muy por debajo del valor económico de sus negocios subyacentes. En esos días, usted debe comprar al Sr. Mercado. En otros días, cuando está maníaco o eufórico, el Sr.  Mercado le ofrecerá acciones a precios que están muy por encima del valor económico de su negocio subyacente. En estos días, usted debe venderle.

Warren Buffete citó la noción del Sr. Mercado como una de las tres cosas más importantes que aprendió de Graham. Las otros dos fueron el concepto de "margen de seguridad " - asumir que estás siendo demasiado optimista en la valoración de un negocio, para pagar menos de su valoración por sus acciones - y la aparentemente banal, pero muy fácilmente olvidada, noción de que una acción es una unidad de propiedad de una empresa.

Como afirma el gestor profesional John Coumarianos en Market Watch:

Hoy en día, los estudios en neuroeconomía o de comportamiento financiero confirman lo que Graham conjeturó hace décadas sobre el beneficio de conocer la fisiología del cerebro y la neuroquímica, y que los seres humanos no se comportan siempre razonablemente.

Los análisis muestran que hay una parte primitiva del cerebro, la amígdala, que nos hace reaccionar de forma rápida y sin mucha deliberación en diversas situaciones. Las partes más avanzadas son las que nos hacen ser deliberativo, pero son dominadas por las partes primitivas en momentos de estrés, de ansiedad y de fatiga mental o emocional. Esto nos venía bien en el pasado cuando éramos atacados por cualquier animal, y el cerebro tenía que dar instantáneamente la orden de huir, sin tener que ponerse a deliberar cuál era la opción correcta en esa situación.

Además de la debilidad de las partes deliberantes del cerebro, los seres humanos somos seres sociales que tenemos una aversión inherente al ostracismo. Los científicos han observado actividad neuronal significativa en segmentos del cerebro que registran el dolor físico en sujetos que sufren el ostracismo social. En otras palabras, podemos experimentar el estar solo o tener opiniones contrarias a otras, como dolor físico.

Las debilidades de las partes deliberantes del cerebro, junto con nuestra tendencia a estar de acuerdo con nuestros semejantes, producen colectivamente a los participantes del mercado, la tendencia a reaccionar de forma exagerada a la información, y en ocasiones, empujan los precios de los valores a niveles muchos más altos o muchos bajos de dónde deberían estar.

Hoy, casi cinco años después de que el S&P 500 iniciara una de las más impresionantes carreras en la historia del mercado de valores, el peligro es que el Sr. Mercado sea cada vez más maníaco.

Ratios como el Per Shiller muestran un nivel de 24 veces beneficio para este indicador frente a una media de 16,5. La tasa Q de Tobin, evaluación del valor de reposición de los activos de las empresas que cotizan en bolsa, y la capitalización total del mercado en relación con el PIB, también están dando señales de advertencia.

Estos ratios no son buenos para predecir el próximo trimestre o el rendimiento del mercado de valores en un año, pero han demostrado ser muy útiles en previsiones de largo plazo (rentabilidades en la próxima década). Cuando están en niveles altos, los rendimientos son bastante escasos.

Y sin embargo, la gente sigue comprando. Esto tiene sentido si lo valoramos desde el punto de vista de la psicología del comportamiento. De cómo se comporta la gente cuando ve aumentar los precios. De cómo el inversor quiere estar con sus compañeros aparentemente invertidos en acciones. Querer ser parte del consenso. Desear hacerse ricos si creemos que los demás se están haciendo. Así que, en realidad, una combinación de rasgos sociales y rasgos competitivos, probablemente hacen que los precios alcancen niveles poco razonables.


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