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"Crisis sistémica y, también, una crisis de mercados, que no funcionan…"

por La Carta de la Bolsa Hace 7 años
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¿Creen que hemos avanzado algo en los últimos seis años respecto a la Crisis Sistémica y a la Crisis de los Mercados? la respuesta es NO. Repasen estos dos artículos (hay muchos más) escritos en lacartadelabolsa: 26-10-11 (Julián Crespí) Hablando de Crisis Sistémica: El abuelo funda, el padre mantiene y el nieto hunde: cuando le proponían al financiero Juan March un nuevo negocio, lo primero que preguntaba era quien lo iba a llevar. Tenía claro que el éxito o fracaso de un proyecto dependía en buena medida de la persona responsable. Lo verdaderamente esencial para el magnate era rodearse de colaboradores brillantes. Contrasta sobremanera como hoy muchos parados difuminan e incluso borran sus méritos para aparentar ser menos capaces de lo que son. No vislumbran otra salida que aplicar medias verdades para lograr iniciar una relación laboral, relación en la que supuestamente prima la confianza. Irónico pero terrible, señal clara de un grave problema de fondo. Asusta comprobar hasta que punto ha degenerado parte de la clase dirigente y empresarial. La conjura de los necios es ahora en el ascenso de los mediocres. La soberbia mediocridad impulsa el orgullo de la nada, que a su vez genera miedo a la humildad, elementos característicos de una sociedad cada vez más dura, fría y deshumanizada. ¿Consecuencias? Lo quieres, lo tienes. El abuelo funda, el padre mantiene y el nieto hunde. El endeudamiento desmedido ha conducido al triunfo del infantil “lo quiero, y lo quiero ahora”. Avaricia creciente e insaciable que, como consecuencia del agotamiento del modelo, en bastantes casos causa una huida hacia delante. La cúpula sucumbe en última instancia a la tentación de la descapitalización empresarial.

Enterrar el negocio procurando que el marrón se lo coma otro es la última moda. Y ojo, estoy hablando también a nivel de sociedad. El gran chollo para el nieto, el pelotazo definitivo, es otro síntoma de la profunda descapitalización moral reinante. La frecuente falta de visión empresarial por incapacidad, sumado a un futuro económico que de por sí pinta ya muy negro, augura un largo y frío invierno.

La carambola quizá sea la conjunción planetaria de tres inviernos: el económico preconizado por el economista ruso Kondratieff; el climático, pronosticado entre otros por el astrónomo alemán Theodor Landscheidt; y el democrático augurado por una gran cantidad de autores e intelectuales.

En esta Gran Crisis Sistémica, que aún hoy la mayoría de los políticos no quieren ver ni reconocer, ya hemos visto intervenciones masivas de bancos y de cajas de ahorro. La siguiente que viene es la intervención de Estados. Y será más pronto que tarde. El despropósito consumista de Estados, Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, Corporaciones, Empresas y Familias ha elevado los niveles de deuda hasta niveles, que, en muchos casos, resultan ya impagables.
 
31-7-12 (José Luis Martínz Campuzano) Aunque unos y otros insisten en lo contrario, la actual no es una Crisis a la Japonesa

En Japón los excesos de precios precipitaron la Crisis;  las valoraciones en bolsa, deterioro económico, empresas afectadas , entidades financieras que mantuvieron la ilusión de que el ajuste era temporal y finalmente la crisis bancaria. Lamentablemente, las empresas ahora no son responsables de la Crisis si no sus principales victimas. Las valoraciones del mercado no son elevadas, más bien se trata de un ajuste de tamaño de mercado. El deterioro de las finanzas públicas y el propio deterioro de la economía arrastran el balanza de la banca. Y con ello una financiación crediticia en cuenta gotas. Unos mercados, como dije antes es también una crisis de mercados, que no funcionan. En un mundo sobrado de liquidez,  esta llega en cuenta gotas a la economía productiva. Y a las familias.

Lo llamativo es que antes de la Crisis japonesa las familias estaban en una mejor posición financiera que en la actual Crisis; durante la Crisis japonesa el Mundo alternaba los motores de crecimiento,  cuando ahora todas las economías parecen sincronizadas; la política monetaria del BOJ obvió la Crisis japonesa durante buena parte de su desarrollo, cuando en estos momentos  los bancos centrales se ha volcado para compensar sus efectos. Hay enormes diferencias entre la Crisis actual y la que sufrió (sufre aún para algunos) Japón. Y sin embargo el mal ejemplo japonés sigue actuando como amenaza a medida que la Crisis que comenzó hace cuatro años se prolonga y  se ramifica.

Pero más allá de esto, la forma de enfrentarse a la Crisis sí ha marcado diferencias evidentes entre la Crisis japonesa y la actual. Prolongando la primera y amortiguando sus efectos en la actual pero tratando de que el ajuste sea lo más rápidamente posible. La Crisis japonesa se perpetuó además con un progresivo deterioro demográfico, afectando a su crecimiento potencial. Demasiados ajustes y con perspectivas macro deterioradas. La cuestión ahora es  si  puede estar produciéndose un deterioro no tanto en el factor demográfico como en un elevado desempleo estructural. La preocupación de las autoridades, especialmente la Fed, ante esto es evidente. Para la Fed la vuelta atrás que se observa en estos momentos en el mercado de trabajo es el mejor ejemplo de un intenso factor cíclico y no tanto de un deterioro crecimiento estructural de la economía. Pero es evidente que este riesgo existe, lo que explica la presion de la Fed ante cualquier indicio de debilidad adicional.


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